La situación en Oriente Medio ha escalado hasta el punto de que el conflicto se ha convertido en una auténtica guerra abierta entre Israel e Irán. Las alvas de misiles, los drones y los aviones de combate ilumina las noches de la región. Ambos países están intentando por todos los medios anular las capacidades militares del otro y proteger así sus cielos. y el resto de la comunidad internacional, pues ahí está una de las claves del conflicto.
1. BLOQUE PRO-ISRAELÍ
Estados Unidos es, con diferencia, el aliado más importante de Israel. Washington mantiene un compromiso histórico y estratégico con la seguridad israelí, brindando apoyo militar, económico y diplomático. En este conflicto, Estados Unidos ha dejado claro su respaldo incondicional al derecho de Israel a defenderse. De hecho, la Casa Blanca estaba al tanto de los planes israelíes y habría dado luz verde tácita a la operación inicial contra Irán.
En la práctica, Estados Unidos ya apoya activamente a Israel en el terreno defensivo. Ha desplegado sistemas antimisiles avanzados en territorio israelí, incluyendo las baterías TA, que se suman al sistema ROW de Israel, y también mantiene buques de guerra equipados con interceptores en las cercanías. Estos recursos ayudan a interceptar cohetes, drones y misiles iraníes, mitigando así los posibles daños sobre la población.
No se descarta que Estados Unidos pueda involucrarse más directamente si la guerra se agrava. Especialmente si a Irán se le ocurre bloquear el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20 % del petróleo mundial y el 25 % del gas natural licuado. Eso sí, para el gobierno de EE. UU. la prioridad es forzar a Irán a firmar un acuerdo nuclear que detenga el desarrollo del programa.
Israel cuenta también con el apoyo general de los países occidentales, aunque con matices. Europa occidental comparte la preocupación por el programa nuclear iraní y, en términos generales, apoya el derecho de Israel a defenderse, si bien prefiere soluciones diplomáticas. Países como Francia, Alemania o Reino Unido ayudarán a Israel si fuese necesario.
En definitiva, Europa apoya diplomáticamente a Israel y condena las acciones desestabilizadoras de Irán, pero intenta frenar una guerra a gran escala. Es muy poco probable que la UE o Reino Unido participen en acciones ofensivas contra Irán. Su apoyo se centraría en lo estratégico y logístico: suministro de armamento sofisticado, cooperación de inteligencia y cobertura diplomática en foros internacionales.
En el mundo árabe la situación es compleja. Varios países son formalmente vecinos pacíficos o socios recientes de Israel, pero sus poblaciones y compromisos regionales les impiden alinearse abiertamente con el país judío. No obstante, comparten el temor al poderío iraní y podrían brindar apoyo discreto a Israel.
Egipto y Jordania son dos vecinos con tratados de paz. De hecho, Jordania permite el uso de su espacio aéreo e incluso colabora en el derribo de drones y misiles. Egipto, por su parte, evita involucrarse y sus prioridades están en Libia y Etiopía.
En cuanto a las monarquías del Golfo Pérsico, Israel ha entablado lazos con Emiratos Árabes Unidos y Bahréin mediante los Acuerdos de Abraham (2020), y Arabia Saudí coopera extraoficialmente con Israel frente a Irán.
Aunque rechazan públicamente los ataques israelíes, estratégicamente esta guerra no les viene mal. No quieren que Irán se haga con armas nucleares. Por eso, podrían colaborar en la sombra permitiendo vuelos logísticos, compartiendo inteligencia o aumentando la producción petrolera si Irán bloquea Ormuz. Eso sí, difícilmente enviarían tropas ni se unirían a una coalición militar pro-Israel.
Otros países como Qatar u Omán se ofrecerían como mediadores neutrales, ya que mantienen buenas relaciones con Teherán.
2. BLOQUE PRO-IRÁN
Por parte de Irán, Rusia es uno de sus respaldores más importantes. Moscú y Teherán mantienen una relación estrecha, basada en intereses comunes: ambos se oponen a la influencia de EE. UU. en Oriente Medio. Rusia se ha posicionado diplomáticamente contra Israel, aunque es poco probable que se involucre militarmente por su guerra en Ucrania. Lo más probable es que el Kremlin se limite a pedir paz, enviar armamento o proporcionar inteligencia. Diplomáticamente, Rusia actuaría como escudo de Irán en la ONU. Si se propusieran sanciones, Rusia vetaría casi con seguridad.
China es otro pilar clave para Irán, aunque su apoyo es más económico y diplomático. Pekín ve a Irán como socio estratégico en su iniciativa de la nueva Ruta de la Seda y proveedor de petróleo. En 2021 firmaron un acuerdo de cooperación de 25 años con multimillonarias inversiones chinas en energía. En este conflicto, China mantiene una postura neutral militarmente, pero crítica con Israel. Ofrecerá apoyo diplomático y aumentará la compra de gas y petróleo iraní, aunque no se involucrará militarmente. Como mucho, venderá componentes para drones o materiales de doble uso.
El único apoyo estatal inmediato que puede tener Irán es el de su vecina Irak. Aunque alberga tropas estadounidenses, la influencia iraní en Bagdad es alta. No obstante, sus capacidades militares son limitadas.
Pakistán es una potencia nuclear del mundo islámico. Aunque no es aliado de Irán, comparte la causa común contra Israel, no lo reconoce y ha condenado los ataques israelíes, solidarizándose con Teherán. No obstante, es poco probable que intervenga militarmente por sus problemas internos y rivalidad con India. Eso sí, Pakistán podría ofrecer su territorio como puente logístico entre China e Irán, o difundir propaganda antiisraelí.
Turquía tiene una posición ambigua. Es miembro de la OTAN y tuvo buenas relaciones con Israel, pero bajo Recep Tayyip Erdogan ha defendido las causas musulmanas, acercándose a Irán. Ha condenado duramente a Israel, pero es improbable que intervenga militarmente. Podría cerrar su espacio aéreo o negar el uso de bases como la de Incirlik a EE. UU. o Israel.
Grupos armados no estatales pro-Irán
Fuera de los estados, Irán cuenta con el apoyo de diversos grupos armados no estatales, que conforman el llamado Eje de la Resistencia, patrocinado por Teherán. En un conflicto abierto, podrían atacar a Israel por varios frentes.
Su papel es crucial porque, a diferencia de los estados que se muestran más cautos, estas milicias sí estarían dispuestas a combatir activamente por Irán.No obstante, su principal aliado de este tipo, Hezbolá, ha descartado por el momento unirse a la guerra, ya que la organización está debilitada. Los hutíes de Yemen harán todo lo posible por ayudar a Irán, pero sus capacidades son limitadas, al igual que los palestinos de Hamás y la Yihad Islámica.
Un dolor de cabeza para Occidente pueden ser las milicias chiíes proiraníes de Irak, pero probablemente se limiten a atacar objetivos estadounidenses en su país. Por ello, su impacto también será limitado.
Ahora es turno para ti. ¿Me he dejado algún país importante? ¿Quién crees que tiene más y mejores apoyos?
