Vamos a hablar de uno de los procesos políticos más polémicos y trascendentales de la historia reciente: un evento sin precedentes en Europa, un divorcio con casi tanta polémica como el de Shakira y Piqué. ¿Sabes ya de quién estamos hablando? Pues sí, del Brexit.
Han pasado ya unos años desde que el Reino Unido dijo adiós a la Unión Europea y nosotros, desde Memorias, vamos a analizar qué ha pasado desde entonces. ¿Está el Brexit cumpliendo con las promesas de sus defensores? ¿Ha supuesto el cambio que muchos esperaban o se ha convertido en un mar de problemas?
Historia
Lo primero que tenemos que hacer es un breve repaso al proceso del Brexit. Todo empezó en 2013, cuando David Cameron, el primer ministro de entonces, vio cómo en su partido estaban creciendo los euroescépticos. La gran cuestión era si el Reino Unido debía permanecer o no en la Unión Europea. Los motivos del descontento de los británicos con Europa eran varios. Por un lado, querían recuperar la soberanía nacional, que según los euroescépticos se había perdido dentro de la Unión Europea. Esto a muchos británicos no les acababa de convencer, y empezó a crecer un sentimiento antimigración. Tampoco les gustaban las obligaciones financieras que Reino Unido tenía debido a la crisis de la deuda de la eurozona y al rescate de Grecia. Otra cosa de la que estaban hartos los británicos era de las regulaciones de la Unión Europea, que afectaban a los consumidores, al medio ambiente o a las empresas.

El caso es que Cameron ganó las elecciones de 2015 y cumplió con su promesa, convocando el referéndum para 2016. Los británicos tenían dos opciones: Brexit o Bremain. Como ya todos sabéis, ganó el famoso Brexit en una votación muy ajustada. El 52 % de los votantes eligió abandonar la Unión Europea. Tras esto, David Cameron no veía sentido a que él, que era partidario del Bremain, guiara a su país en este proceso. Por esto dimitió, y su lugar lo ocupó Theresa May, que curiosamente también se había opuesto al Brexit. Theresa negoció las condiciones de la separación, pero estas negociaciones se retrasaron dos años después de que Reino Unido presentara la solicitud para salir en 2017. Tanto es así que Theresa dimitió en 2019, debido a que no pudo obtener la aprobación del Parlamento para el acuerdo de separación con la Unión Europea. Esta desconexión no se dio hasta la llegada de Boris Johnson, otro conservador. La diferencia es que este sí estaba a favor del Brexit.

Finalmente, el Brexit se llevó a cabo cuatro años y tres primeros ministros después de que se realizara el referéndum. Con ello se produjo algo inédito: Reino Unido se convirtió en el primer miembro en salir de la Unión Europea en toda su historia.
¿Éxito o fracaso?
¿Y qué tal le ha ido al Reino Unido desde entonces? ¿Le ha sentado bien este largo y difícil divorcio o se ha arrepentido?
Take back control
El primer punto que vamos a ver es el “Take back control”. Este eslogan resume bastante bien lo que querían muchos británicos: recuperar su soberanía nacional. Este punto podemos decir que sí lo ha cumplido el Brexit, ya que ahora Reino Unido tiene libertad para definir sus propias políticas en materia comercial y económica y no tiene que esperar a que se apruebe nada en la Unión Europea. Vamos, que sí han recuperado esa soberanía nacional que tanto echaban de menos los británicos.
La inmigración
¿Pero qué querían cambiar exactamente los británicos? Pues varias cosas. El primer punto, que ya hemos visto antes, es el de la inmigración. Mucha gente votó que sí al Brexit para poder controlar la inmigración. Los votantes pensaban que yéndose de la Unión Europea tendrían más libertad para definir sus políticas en este área y que habría menos inmigración.
¿Y ha sido así? Pues claramente no. La inmigración no solo no ha disminuido, sino que desde el referéndum del Brexit se ha producido el mayor aumento de población en Reino Unido desde la década de los 60. La migración neta, es decir, la diferencia entre los que llegan y los que se van, en 2022, según la Oficina Nacional de Estadísticas, fue de más de 760.000 personas, y en 2023 de más de 680.000.

Este aumento se debe a varios motivos. El primero es que tras el Brexit, el Reino Unido pasó a usar un sistema de inmigración por puntos. Esto funciona de la siguiente manera: para poder entrar en Reino Unido tienes que tener 70 puntos. Estos puntos los consigues si tienes buen nivel de inglés, estudios, si hay escasez en tu profesión y un largo etcétera. El caso es que este sistema igualó las condiciones para los ciudadanos de la Unión Europea y los de fuera de la Unión Europea, lo que ha provocado que baje la inmigración que viene desde la Unión Europea. Esto es bastante lógico, ya que hay más barreras que antes.
Pero, por otro lado, ha subido mucho la inmigración de países de fuera de Europa. De hecho, los indios se están frotando las manos con este sistema y son los principales beneficiados. El caso es que de los 1,2 millones de personas que llegaron en el año 2022, 925.000 vinieron de fuera de la Unión Europea. Vale que a los de la Unión Europea les era más fácil acceder antes, está claro. Pero, ¿qué pasa con los que no venían de Europa? ¿Por qué este aumento?

Pues porque lo tenían algo más fácil, ya que en 2022 se comenzaron a necesitar muchos trabajadores poco cualificados, por lo que muchos inmigrantes de fuera de la Unión Europea consiguieron bastantes puntos. Un sector clave para esto fue el de los trabajadores de cuidado para la salud: cuidadores que han llegado sobre todo de India, Nigeria y Zimbabue.
Pero todavía hay mucho más. De estos 925.000 inmigrantes que llegaron de fuera de Europa, casi el 40 % llegó con visado de estudiante. Este es el segundo punto, y es que los estudiantes extranjeros son muy importantes para las universidades británicas, ya que pagan matrículas más altas, lo que ayuda a que la educación de los británicos sea más asequible. Tanto dependen las universidades de estos estudiantes, que el gobierno introdujo el “Post Study Work” en 2021 para atraer a estudiantes de fuera. El “Post Study Work” permitía a cualquier estudiante internacional quedarse dos años trabajando de lo que fuera tras acabar los estudios. No tenía por qué ser de lo que había estudiado. Este tema es una preocupación del gobierno actual, que ya ha anunciado medidas para atajar esto.
El último punto tiene que ver con situaciones más concretas, como puede ser el caso de Hong Kong, de donde llegaron más de 50.000 personas gracias a un visado especial por ser excolonia del Reino Unido, o el caso de Ucrania, de donde llegaron unos 114.000 ucranianos tras estallar la guerra.
La economía
Cuando estaban en la Unión Europea, Reino Unido podía comerciar libremente con todos sus miembros. Los defensores del Brexit sabían que lo normal era que se resintiera el comercio con Europa, pero confiaban en que firmarían acuerdos con otros países para compensar. Y esto, de momento, no ha pasado. Reino Unido ha firmado acuerdos con países que están muy lejos y que tienen bastantes costes de transporte, como Australia o Nueva Zelanda. Sin embargo, otros acuerdos con países como Estados Unidos o la India, que sí podrían tener mucho más impacto, de momento están estancados. A esto hay que añadir que la Unión Europea ya tiene acuerdos con muchos países, y los acuerdos que Reino Unido está obteniendo con estos países son muy parecidos a los que ya tenían antes.
Y en cuanto a la Unión Europea, si bien es verdad que el Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la Unión Europea y Reino Unido, al que llegaron en 2020, elimina los aranceles, sí que tienen que pasar los productos por controles aduaneros y algunos trámites más, lo que ha aumentado los costes y disminuido el comercio entre la Unión Europea y Reino Unido. Tal vez es por esto que la economía británica haya crecido menos que la media de las economías avanzadas desde que se produjo el Brexit.
La sanidad
Y es que durante el Brexit, un autobús rojo recorrió las calles del país con un mensaje que ponía: “Mandamos a la Unión Europea 350 millones de libras a la semana. Financiemos nuestro Servicio Nacional de Salud en su lugar”.
Pues bien, ¿ha mejorado la sanidad desde el Brexit? La realidad es que el prestigioso NHS, el sistema de salud británico, se encuentra con largas listas de espera para poder ver a especialistas o para poder hacerse pruebas. De hecho, el Royal College of Emergency Medicine cree que hay unas 14.000 muertes evitables al año debido a las largas listas de espera. Hay que decir aquí que este problema no se debe directamente al Brexit, sino a la falta de inversiones en infraestructuras. La cuestión es que este es un sector que los pro-Brexit esperaban mejorar, y no ha sido así.
Nuevos problemas
Vale, ya hemos visto que los problemas que le daba la Unión Europea al Reino Unido y que los seguidores del Brexit esperaban solucionar no se han resuelto exactamente como creían. Pero, además de no encontrar la solución que buscaban, han traído consigo otros problemas. Un ejemplo de esto es el movimiento independentista de Escocia. Este movimiento no es nuevo. De hecho, en 2014 los escoceses fueron a votar por la independencia y venció la permanencia en el Reino Unido. Esto puede ser porque en ese momento, si Escocia se independizaba, sería forzada a dejar la Unión Europea, pero eso es otra historia.
El caso es que durante la votación del Brexit, un 60 % de los escoceses votó en contra, es decir, votó para quedarse en la Unión Europea. Más tarde, el Partido Nacionalista Escocés, en las elecciones británicas de 2019, obtuvo 48 de los 59 escaños posibles. Todo esto hace que los escoceses quieran otro referéndum, ya que creen que, tras el Brexit, ahora sí que se les permitiría entrar en la Unión Europea. Esto ha dado lugar a situaciones curiosas, como que en el ayuntamiento de Glasgow solo ondee la bandera escocesa. No obstante, un nuevo referéndum no parece estar cerca, lo que ha intensificado las protestas y las manifestaciones en Escocia.
Donde también votó la mayoría de la población a favor de permanecer en la Unión Europea fue en Irlanda del Norte. Y es que, para mantener la paz entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, se evitó poner una frontera física en la isla de Irlanda, ya que este era uno de los requisitos que acordaron ambas Irlandas cuando sellaron la paz en 1998.

Tras el Brexit, esto se ha mantenido y ha obligado a hacer los controles de aduanas en el mar de Irlanda aíslan, de cierta manera, a Irlanda del Norte del resto del Reino Unido. Esto hace que haya tensiones entre quienes prefieren una Irlanda unida y quienes quieren seguir siendo parte del Reino Unido. A las tensiones internas entre los distintos miembros, a los problemas que se creía que se solucionarían y no ha sido así, y a las dificultades económicas, hay que sumarle la inestabilidad política. Desde 2016, el Reino Unido ha tenido seis primeros ministros. Así que podemos decir que este es, sin duda, otro problema para el país del té.
Es por ello que algunas encuestas, como las de YouGov, muestran que el 53 % de la población cree que los aspectos negativos del Brexit superan a los beneficios, mientras que solo un 15 % cree que los beneficios del Brexit superan a los aspectos negativos.