Una de las preguntas que más me habéis hecho desde que empezó la guerra de Ucrania allá por febrero de 2022, es ¿Por qué nadie mata a Putin para que acabe así el conflicto? Pues bien, en este vídeo veremos por qué la muerte de Putin puede ser mala para Ucrania, por qué nadie se va a atrever a llevar a cabo tal acto y sobre todo, qué pasaría si eso ocurre ¿Quién mandaría en Rusia? ¿Quién sería el sucesor?
Razones para no eliminar a Putin
Bien, empecemos con algo muy simple, que básicamente es el porqué Ucrania o Estados Unidos no acaban con la vida del mandatario ruso. Pues bien, razones hay varias, entre las que incluso en el caso de Ucrania se encuentra el hecho de que no tienen medios suficientes para hacerlo aunque quisiesen. Pero si Estados Unidos tiene esa capacidad, ¿Por qué no la utiliza? Bueno, hay dos razones detrás de esto.
La primera es que ningún país, incluyendo Estados Unidos, puede andar cometiendo magnicidios impunemente. El ataque de Washington a los centros de poder rusos no solo se pasaría por el arco del triunfo, las leyes del derecho internacional, sino que también significaría una declaración de guerra en toda regla de consecuencias imprevisibles. Y una hipotética guerra con Rusia significaría una guerra nuclear en la que nadie saldría ganando.
No obstante, ahora mismo puedes estar pensando. Pero si se consigue neutralizar a Putin con un ataque, es muy probable que Rusia no se atreva a ir a la guerra. Y es verdad, es una opción posible, pero igualmente ni a Ucrania ni Estados Unidos tienen garantizado que el hipotético sucesor de Putin no vaya a ser alguien aún más nacionalista, aún más radical y aún más beligerante que Vladímir Putin. Por ello, la solución de atentar contra Putin, es una solución populista, alejada de la realidad y que en ningún caso traería nada bueno. De hecho, la gran amenaza para la integridad del mandatario ruso puede ser un ataque por parte de algún grupo opositor ruso o de algún lobo solitario.
Posibles sucesores de Putin
No obstante, no nos pongamos tan catastrofistas. Imaginemos que Putin no es eliminado, sino que simplemente fallece de forma repentina por causas naturales ¿Qué pasaría entonces? ¿Quién sería el nuevo líder de Rusia? Pues bien, si esto ocurriese, veríamos un proceso de sucesión al más puro estilo juego de tronos en el que varios grupos de la élite rusa lucharían por el poder.
Si Putin muere, la constitución rusa le otorga el poder de forma interina al primer ministro Mijaíl Mishustin, quien asume la presidencia del gobierno de forma interina y con poderes limitados, durante 90 días hasta que se celebran unas nuevas elecciones. Durante esos 90 días Rusia será un lugar con mucha inestabilidad política en el que los distintos grupos de presión harán lo que sea necesario para hacerse con el poder, aumentando las posibilidades de que Rusia sufra un fraude electoral, injerencias extranjeras o incluso un golpe militar a la vieja usanza. Sabiendo esto, vamos a ver quién podría hacerse con el poder en caso de que Putin fallezca.
Los siloviki: los favoritos al poder
El primer grupo del que vamos a hablar es el grupo que más posibilidades tiene de hacerse con el poder si Putin muere. Hablamos de los llamados siloviki. Los siloviki son un grupo de políticos, funcionarios y empresarios en Rusia que pertenecen o han pertenecido a las fuerzas de seguridad y las agencias de inteligencia, como el Ministerio del Interior, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) o el Ministerio de Defensa. Los siloviki han desempeñado un papel importante en la política rusa desde la llegada al poder del presidente Vladímir Putin en 2000. De hecho, Putin es un antiguo oficial del KGB y, por lo tanto, pertenecía a este grupo.
No en vano, desde su llegada al poder ha nombrado a muchos siloviki en posiciones de poder tanto dentro del propio estado como en algunas de las grandes empresas estatales rusas. Pero los siloviki también están divididos, ya que, por un lado, se encuentran los siloviki pertenecientes a los servicios de inteligencia y, por otro lado, los militares.
Dentro de los siloviki pertenecientes a los servicios de inteligencia destaca Nikolái Pátrushev. Nikolái Platonovich Pátrushev es un político y exagente de inteligencia ruso que actualmente es secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, uno de los cargos más influyentes en el gobierno ruso en materia de seguridad nacional.
Por otro lado, se encuentran los siloviki militares pertenecientes al Ministerio de defensa. Aquí tenemos dos personas que destacan por encima de las otras por la gran exposición que han tenido a raíz del conflicto de Ucrania. Hablamos de Valeri Guerásimov, comandante en jefe de las fuerzas rusas en Ucrania, cuyo destino está muy ligado a los resultados en la guerra. Y, por otro lado, tenemos al ministro de defensa, Serguéi Shoigú, cuya etnia tuvana quizás sea su mayor obstáculo hacia el poder, de cara a los sectores más nacionalistas.
Otros grupos de influencia en Rusia
Bien, ya hemos visto al primero de los grupos de poder que podría hacerse con los mandos de Rusia. El siguiente del que vamos a hablar es de los tecnócratas liberales. Hablamos de una serie de políticos y oligarcas más preocupados por el crecimiento económico de Rusia y sus negocios personales, que por la grandeza nacionalista de Rusia. Si yo fuese Zelensky o la OTAN, este perfil sería el que preferiría para dominar una futura Rusia, ya que en estos sectores se ve la guerra de Ucrania como un impedimento para el correcto desarrollo económico de Rusia. De hecho, cuando comenzó la invasión de Ucrania, las sanciones personales impuestas por occidente a muchos oligarcas, que incluían el confiscamiento de muchos de sus bienes de lujo en el extranjero, buscaban que este sector influyese en Putin para dar marcha atrás en sus planes expansionistas.
¿Y quién pertenece a este clan? Pues es un clan bastante heterogéneo formado por gente como el primer ministro Mijaíl Mishustin que, como hemos visto antes, tendrá durante 90 días el poder cuando Putin muera y que es considerado un tecnócrata apolítico y muy pragmático. Un hombre que se ha encargado de la reforma fiscal en Rusia y de la gestión de la pandemia.
Otro hombre perteneciente a este grupo de liberales es Alekséi Kudrin, eterno ministro de Finanzas del Kremlin. También a este grupo pertenecen oligarcas como el magnate del aluminio Oleg Deripaska o el archiconocido magnate del petróleo Roman Abramovich.
El siguiente grupo del que tenemos que hablar es el de los ultranacionalistas. A este grupo pertenecen una serie de personajes que han visto como su popularidad se ha incrementado con la guerra de Ucrania. Este grupo también puede dividirse en dos subgrupos, por un lado, el sector más político muy leal a Putin y cuyos máximos exponentes son Dmitri Medvédev y Dmitry Kozak. De hecho, Medvédev ya sabe lo que es ser presidente de Rusia, ya que lo fue entre 2008 y 2012 cuando las leyes no permitieron a Putin presentarse de nuevo como candidato a la presidencia y Medvédev hizo de títere de Putin. Medvédev también ha sido primer ministro durante 8 años y ahora ocupa el puesto de vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia. Medvédev ha salido mucho en los medios últimamente debido a sus constantes salidas de tono contra Ucrania y Zelensky, de quien ha pedido su eliminación.
Por otro lado, dentro de los ultranacionalistas tenemos a los que yo llamo héroes de guerra, que no es más que ese binomio formado por Yevgueni Prigozhin, líder del grupo Wagner. Actualmente, ha alcanzado una gran fama debido al desempeño de los Wagner en Ucrania, y a Ramzán Kadírov, dictador de Chechenia, cuyos hombres también han cumplido un destacado papel en la guerra de Ucrania.
Ambos tienen una gran cantidad de fieles ultranacionalistas y tremendamente radicalizados que podrían poner en jaque a todo el stablishment ruso y también cuentan con una gran cantidad de armamento y experiencia militar cosechada durante la campaña ucraniana.
Y por último tenemos la oposición real a Putin y a su partido Rusia Unida. Pues bien, este grupo también se puede dividir en dos subgrupos que nada tienen que ver. Por un lado, está la oposición sistémica, que realmente sirve para hacer ver a la población rusa y a la comunidad internacional que realmente hay una democracia plural en Rusia cuando no la hay. Entre estos opositores de mentirijillas destaca el partido comunista, que es la segunda fuerza política del país. Un partido que rara vez critica el gobierno de Putin y al que se le ha visto manifestarse pidiendo más mano dura en Ucrania.
Y, por otro lado, tenemos una oposición real que ha sido continuamente perseguida judicialmente. El opositor más famoso es Alexey Navalny, quien casi muere después de ser envenenado y quien se encuentra en prisión con una condena en firme de 9 años por “Fraude y desacato” a tribunales rusos. También se enfrenta a otras condenas de hasta 22 años más por cosas como “financiar y promover el extremismo” o “rehabilitar el nazismo”. No obstante, en Ucrania tampoco deberían ponerse muy contentos si se da el improbabilísimo caso de que Navalny llegue al poder, ya que este siempre ha mostrado cierta connivencia con el expansionismo ruso en Georgia y Crimea.
Otro opositor famoso es Yevgeny Roizman, quien fue alcalde de Ekaterimburgo hasta 2018 y quien fue arrestado después de posicionarse contra la invasión de Ucrania, al ser acusado de desacreditar a las fuerzas armadas.
Y esto es todo, ahora que ya sabes quién es quién en una hipotética lucha por el poder en Rusia, ¿Quién crees que se haría con el poder en caso de que Putin fallezca repentinamente? ¿Veremos un golpe de Estado, o se resolvería todo en las urnas? Nos vemos en los comentarios, si te ha gustado el vídeo…