Es un hecho, Noruega ha conseguido llegar a la cima de la economía mundial. El país escandinavo se encuentra en los primeros puestos de la lista mundial de la mayoría de los indicadores económicos y de bienestar. Es uno de los países del mundo con mayor PIB per cápita, con mayor renta per cápita y su deuda es estable y ronda el 40% del PIB, muy lejos de la deuda española, que ya es mayor del 100% del PIB, o de Japón, cuya deuda está en el 235% de su PIB.
También es el país con mayor índice de desarrollo humano, es decir, que en ningún sitio se vive mejor e incluso es uno de los países con un menor coeficiente de Gini o dicho de otra manera, es uno de los países con menor desigualdad entre ricos y pobres de todo el mundo. Por si esto fuera poco, Noruega es uno de los países donde es más fácil hacer negocios y prácticamente ha alcanzado el pleno empleo. Pero, ¿cómo ha llegado Noruega a esta situación? ¿Qué ha hecho su gobierno para poder dar tanto bienestar a su población? Pues poneros cómodo que arrancamos.
Historia del éxito noruego
Igual algunos estáis pensando que Noruega ha hecho todo esto a base de liberalismo, de rebajar impuestos, flexibilizar despidos y de explotar a los trabajadores haciéndoles trabajar mucho y cobrar poco, ¿no? Pues nada más lejos de la realidad. Las condiciones laborales en Noruega son muy buenas y prácticamente nadie excede su horario estrictamente laboral.
En los años 60, es decir, hace nada, Noruega era un país con una economía modesta, que prácticamente vivía de la pesca y poco más. El nivel de vida de sus ciudadanos se podía comparar perfectamente con España, que en esa época también comenzaba a crecer y su clase media empezaba a ser más y más numerosa. Sin embargo, su economía estaba lejos de la de las grandes potencias europeas como Reino Unido, Francia o Alemania.
Sin embargo, en mayo de 1963, BINGO. Noruega reclamó la soberanía de unas aguas situadas en el Mar del Norte. ¿Y qué tenían estas aguas? Pues en 1969, los noruegos descubrieron que esas aguas tenían unas reservas de petróleo enormes. A Noruega le acababa de tocar la lotería. El problema con que te toque la lotería ya sabéis cuál es, que si no sabes gestionar bien tu suerte en pocos años te puedes arruinar.
Lo que sí es verdad es que en seguida Noruega se convirtió en uno de los principales productores de petróleo mundiales, y los años 70 trajeron muy buenas noticias. Un acuerdo entre algunos de los principales países productores de petróleo, que crearon una organización llamada la OPEP, hizo que en los 70 el precio del petróleo subiese una barbaridad provocando una crisis mundial. Sin embargo, a Noruega esto le vino como dios, ya que de repente podía vender su petróleo muchísimo más caro y el dinero empezó a llegar a raudales al país escandinavo. A Noruega le acababa de tocar la lotería por segunda vez. ¿Y qué creéis que hicieron los Noruegos? ¿Convertir Oslo en Dubai? ¿Empezar a repartir Ferraris a diestro y siniestro? ¿Quitar completamente los impuestos? Pues más bien… todo lo contrario.
Gestión inteligente del petróleo
Para empezar, toda, o casi toda la producción de petróleo estaba en manos del gobierno mediante una empresa pública llamada Statoil. Y sí, es verdad que durante los años 70 la economía noruega multiplicó por 5 su PIB. Pero el gobierno Noruego no permitió que toda la economía de Noruega pasase a ser dependiente del petróleo y esto es superimportante. Imagínate que como el petróleo es lo que más dinero te da, haces que toda tu economía, el 100% de los recursos se centren en sacar petróleo, que es lo que te está haciendo rico.
Esto tiene sentido, ¿no? Sí y no. Muchos países han obrado así; sin embargo, el problema que tiene esto es que si el precio mundial del petróleo baja o si se te acaba el petróleo, tu país, que depende exclusivamente de este, va a tener una crisis de proporciones bíblicas, ya que vender petróleo es lo único que sabes hacer. Así que Noruega no desmanteló su industria y contuvo la producción de petróleo mientras el resto de la economía seguía funcionando. De esta manera, con una red empresarial desarrollada, si bajaba el precio del petróleo o el petróleo se acababa, los Noruegos podrían subsistir.
No obstante, a pesar de tener la producción de petróleo controlada sin desmadrarse, el gobierno noruego seguía recibiendo muchísimos beneficios del petróleo que vendía y claro, el gobierno se vio con una cantidad de dinero ingente, tanta que casi no sabía en qué gastarla. Sin embargo, en vez de construir rascacielos y quitarle los impuestos a sus ciudadanos, que por cierto, son unos de los más altos del mundo, Noruega optó por crear una hucha, o mejor dicho, la madre de todas las huchas.
Así que Noruega creó un fondo soberano, el mayor fondo soberano del mundo. Y si os preguntáis qué es esto, pues un fondo soberano no es más que un fondo de inversión del gobierno en el que este invierte en activos de todo el mundo como en acciones de empresas, materias primas, divisas, bonos de deuda, inmuebles… El caso es que está diseñado como un fondo de pensiones, de forma que el dinero ahorrado en este fondo realmente pertenece al pueblo noruego. Y sí, aquí ya nos metemos en un tema más ideológico y es que para el gobierno Noruego, las riquezas naturales del país pertenecen al pueblo noruego, de ahí que no privaticen la industria petrolífera y de ahí la idea del fondo soberano.
Cifras del fondo soberano
Parece increíble, ¿no? Pues aún lo es más si vamos a las cifras. Para que os hagáis una idea, el fondo soberano tiene un valor en bolsa que se mueve en el entorno de los 1,15 billones de euros. Es decir, una cifra similar al PIB de España. Para que os hagáis una idea, si dividimos el valor de este fondo por el número de habitantes de Noruega nos sale que a cada noruego le corresponden cerca de 200.000 euros.
Eso no quiere decir que cada noruego pueda pedir su pasta y comprarse una casa. Está superregulado en qué se puede gastar ese dinero. Y básicamente sólo se pueden tocar sus beneficios y solo para utilizarlos en financiar servicios básicos como la educación, la sanidad, infraestructuras del país, situaciones de crisis muy graves o para reinvertir las ganancias en el propio fondo. Para que os hagáis una idea, con el estallido del COVID, Noruega anunció que iba a retirar 37.000 millones de dólares de su fondo soberano para contrarrestar los efectos del COVID en la economía noruega. Y es que sí, amigos, para Noruega combatir la crisis del COVID ha sido tan fácil como simplemente tomar un 3% de su fondo soberano y problema arreglado.
Influencia global
Además, Noruega ha convertido su fondo soberano en un arma de política exterior. Para empezar es importante decir que el fondo soberano puede invertir en bonos o deuda de diferentes países, y prestarle dinero a alguien siempre es bueno, ya que ese alguien te podrá echar una mano cuando lo necesites.
Además de en países, el fondo soberano también invierte en acciones de empresas, pero solo invierte en empresas que no causen controversia en la sociedad, es decir, nada de empresas muy contaminantes. Nada de empresas que tengan escándalos de explotación de los trabajadores, nada de fabricantes de armas y en definitiva nada que a ojos de la sociedad noruega no dé buen ejemplo.
De hecho, algunas de estas empresas excluidas son gigantes como Airbus, Boeing o Wal Mart. Decía que el fondo soberano es una gran arma de política exterior, ya que Noruega se ha convertido en uno de los mayores accionistas de empresas gigantes con un impacto global tremendo como pueden ser Apple, Nestlé, Alphabet la matriz de Google, Microsoft, Amazon, Tencent o Samsung.
Por ejemplo, de Apple, Microsoft y Alphabet, y es que el fondo soberano noruego posee en torno al 1% de estas empresas. Eso le permite a Noruega sentarse en los consejos de administración de muchas de las mayores multinacionales del mundo, lo que a su vez le permite influir en las decisiones de estas en su favor, o en pos de implantar los valores del gobierno noruego.
Además de todo esto, el gobierno de Noruega sigue siendo el accionista mayoritario de su empresa estatal de petróleo, que ahora se llama Equinor con un 67% de las acciones. El 33% restante de sus acciones están cotizadas en bolsa.