• 🟠 Destacados:
  • Resumen geopolítico de junio
  • ¿El fin de USA? Sacudida en la economía
  • Cómo Stalin transformó la URSS
  • La historia de los voluntarios en Ucrania
  • La guerra de Troya
Memorias de Pez
lunes 22 de diciembre de 2025
  • Historia
  • Geopolítica
  • Ciencia
  • Economía
Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Historia
  • Geopolítica
  • Ciencia
  • Economía
Sin resultados
Ver todos los resultados
Memorias de Pez

Memorias de Pez » El territorio de la Antártida

El territorio de la Antártida

Por Paula Pérez Calvo
1 de septiembre de 2025 a las 10:52
en Historia
A A
El territorio de la Antártida

Hoy vamos a hablar de un lugar del que no se suele hablar mucho, un continente que permaneció gran parte de la historia inexplorado y que, debido a su ambiente hostil y su clima gélido, está hoy en día prácticamente inhabitado. Hoy hablamos de la Antártida y sus secretos.

Hipótesis y leyendas antiguas. Primeros avistamientos.

A pesar de ser descubierta mucho más tarde, desde la antigüedad hubo muchas hipótesis acerca de la existencia de la Antártida. A este hipotético lugar se le llamaba entonces terra australis ignota o “tierra desconocida del sur”. ¿Os está viniendo algo a la cabeza, verdad? Pues sí. De aquí tomó su nombre Australia, que también formaba parte de lo que eran un conjunto de tierras inexploradas al sur de los continentes conocidos.

El propio Pedro de Valdivia, gobernador y conquistador de Chile, ostentaría el cargo de la gobernación de la terra australis, creado en su momento por el rey Carlos I. Aunque eso sí, todavía la Antártida ni la habían visto. En 1603, Gabriel de Castilla comandó una expedición en la que vislumbraron unas islas cubiertas de nieve que podían ser las islas Shetland del Sur en la Antártida. Aunque para ser descubierta formalmente tuvieron que pasar unos cuantos años y su artífice no fue otro que un miembro de la antigua tripulación del gran explorador de Australia, James Cook.

Hablamos del ruso Fabián Gottlieb von Bellingshausen, que a bordo del Vostok informó que el día 28 de enero de 1820 había avistado una costa helada que no era otra cosa que la costa oriental de la Antártida. Sin embargo, el descubrimiento de la Antártida es un hecho compartido, ya que nuestro amigo ruso no fue el único en avistar tierra por esas fechas. Edward Bransfield, de la Royal Navy, llegó solo dos días más tarde a una zona llena de islas antárticas que cartografió en lo que se considera el primer mapa de la zona.

Junto a estos dos descubridores también tenemos al cazador de focas y capitán estadounidense Nathaniel Palmer, ya que durante el siglo XIX la caza de focas, ballenas, etcétera, estaba a la orden del día y muchos cazadores ya habían avistado alguna de las islas cercanas a la Antártida antes de que llegaran los exploradores. En concreto, Nathaniel Palmer avistó el gran archipiélago de las Orcadas del Sur en diciembre de 1821. Así que se considera que Bellingshausen, Palmer y Bransfield son los tres codescubridores de la Antártida, aunque todavía hay debate sobre el tema.

Todas estas expediciones eran evidentemente durísimas y la climatología de la región, así como el escorbuto y otras enfermedades, fueron letales para las tripulaciones. Un ejemplo de esto es el de Charles Wilkes, que tuvo que pasar una auténtica odisea en la que sus barcos se fueron al garete, los botes se congelaron y solo tres de seis barcos volvieron a juntarse para avistar tierra.

Por su parte, la expedición del francés Dumont d’Urville llevó al descubrimiento de las islas Balleny, de las cuales se llevaron esquirlas de granito para probar que habían llegado a tierra firme. El británico James Ross, con los legendarios barcos con los que había explorado el Ártico, Erebus y Terror, comandó una expedición en la que descubrió el actual mar de Ross, Tierra Victoria y los montes Erebus y Terror, a los que, en un alarde de originalidad, les puso el nombre de los barcos. Eso sí, para el primer desembarco oficial tenemos que irnos al 26 de enero de 1853, en el cual Mercator Cooper pisó tierra a bordo del Levante en Tierra Victoria.

Época heroica de la exploración

A partir del próximo siglo comenzarían las expediciones terrestres de la Antártida, que realmente fueron una auténtica carrera científica. Y es que la siguiente etapa se considera como la época heroica de la exploración de la Antártida.

En 1897, la expedición científica multinacional capitaneada por el belga Adrien de Gerlache llegó a la Antártida y sus tripulantes se convirtieron en los primeros en pasar un invierno allí. Fue una movida tremenda, ya que la falta de luz y la imposibilidad de comunicarse en el mismo idioma llevó a varios hombres a la locura. No obstante, los resultados de la expedición fueron un gran éxito y permitieron un gran avance en el conocimiento de la meteorología antártica.

Otra famosísima fue la expedición británica Discovery al mando de Robert Falcon Scott, que marcó un absoluto hito en las exploraciones antárticas y fue un rotundo éxito para el avance del magnetismo, la meteorología y la biología. Como curiosidad, en esta expedición se avistó la primera colonia de pingüinos emperador.

El británico Falcon Scott lideraría más adelante la campaña de Terranova en 1911, en la cual realizaría una trepidante carrera contra el noruego Roald Amundsen para llegar al Polo Sur. Este acontecimiento fue ampliamente publicitado por los medios de comunicación. Lamentablemente, los cinco miembros de la expedición británica murieron tras conseguirlo y la gesta de Amundsen, que logró llegar el primero al Polo Sur, quedó empequeñecida.

De las expediciones aéreas a la Segunda Guerra Mundial

Por otra parte, con el avance de la tecnología, las expediciones iban a llegar a un último formato: las expediciones aéreas. Esta forma de expedición fue clave porque, con mucho menos riesgo, el hombre pudo cartografiar enormes superficies de terreno antártico. Hasta entonces a nadie le interesaba la Antártida para nada. ¿Quién quería kilómetros y kilómetros de desierto helado en los que no se podía ni vivir? Pues realmente nadie, pero eso iría desapareciendo con los años.

Poco a poco, las naciones que habían participado en los años de exploración fueron formalizando sus demandas y, entre los años 1924 y 1942, Francia, Noruega, Alemania, Chile y Argentina fueron haciendo reclamaciones de territorio antártico. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, muchos de los planes de expedición se truncaron.

A petición del mariscal Hermann Göring, los nazis, con la excusa de proteger la flota ballenera alemana, utilizaron hidroaviones para sobrevolar el territorio y soltar enormes marcadores con esvásticas con el objetivo de reclamar esas tierras. Tras esto dio comienzo la expedición alemana Schwabenland, iniciando la página más tensa en la breve historia antártica. Y es que parecía que, de golpe y sin previo aviso, esas tierras distantes y supuestamente olvidadas estaban en la agenda del nazismo, por lo que cobraron relevancia mundial.

El 5 de febrero, la expedición izó la bandera nazi en el emplazamiento de la futura base, capturó cuatro pingüinos emperadores y regresó a Alemania. Os podéis imaginar el cuadro. A mediados de abril, el Schwabenland atracó en Hamburgo, donde fue recibido por las más altas autoridades y con todas las banderas izadas en lo alto. De hecho, el propio Hitler se sumó a las felicitaciones.

Si bien la expedición era casi secreta, tras una semana los periódicos alemanes comenzaron a hablar sobre ella, lo que generó una ola de propaganda que sacudiría la historia antártica durante años. En 1945, la caída de Berlín paró los planes alemanes. Lo que no pararon fueron los mitos y las leyendas sobre planes secretos, teorías conspirativas y demás idas de olla que hablaban sobre que Hitler podía estar refugiado en alguna base secreta perdida en la Antártida. Años más tarde se comprobó que la existencia de cualquier base antártica nazi en la región era totalmente falsa.

Guerra Fría y el Tratado Antártico

Lo que sí fue cierto es que Estados Unidos tardó muy poco en reclamar territorios en la Antártida tras la Segunda Guerra Mundial. Tanto durante la Primera como durante la Segunda Guerra Mundial, la Antártida se había mantenido totalmente al margen de cualquier acción militar, a excepción de lo ya comentado. Sin embargo, Estados Unidos lanzó una maniobra masiva conocida como la Operación Highjump, comandada por Richard Byrd.

El almirante se llevó a 5.000 hombres en 13 naves y seis aviones, protagonizando el mayor desembarco nunca visto por allí. Los pingüinos se quedarían flipando, claro. Ahora bien, ¿cuáles fueron los objetivos de este despliegue? Pues eran varios. En primer lugar, se buscaba entrenar al personal en condiciones de frío extremo, así como la recopilación de nuevos datos científicos en la zona.

No obstante, las verdaderas intenciones estadounidenses eran extender y consolidar la mayor cantidad de territorio posible. Esto llevaría a la construcción y mantenimiento de las nuevas bases en el continente, así como al desarrollo de técnicas para mantener los asentamientos. Al fin y al cabo, la era de la explotación de los recursos no renovables había dado comienzo y, quién sabe, qué riquezas escondidas podía albergar el continente entero. El resultado de la operación fue un éxito y el avance realizado por Estados Unidos en cuanto a la resistencia de sus bases llevó a la mejora de los equipos y tropas en este tipo de condiciones climáticas. Tras la Highjump, el resto de países se convencieron de que el papel de los americanos sería imprescindible a la hora de decidir el rumbo del continente.

No obstante, debido a la escalada de tensión contra la Unión Soviética en plena Guerra Fría y para evitar entrar en conflicto con esta, Estados Unidos se declaró finalmente contrario a reconocer ninguna soberanía en la Antártida. A partir de este momento, tras la celebración del segundo Año Geofísico Internacional en 1959, se promovió la colaboración internacional gracias al Tratado Antártico.

Este tratado es de lo mejorcito que ha hecho el ser humano. Fue firmado por distintas naciones, incluyendo Estados Unidos, la URSS, Australia, Argentina, Chile o incluso Reino Unido. El tratado tiene como objetivo limitar la actividad militar en el continente para apoyar la actividad científica y la paz, así como promover la conservación de los ecosistemas y el cuidado del medio ambiente.

De hecho, el tratado declara la Antártida como la mayor reserva marina del mundo. Otra curiosidad: la prospección petrolera y minera, así como la explotación de recursos, está prohibida, a pesar de que se sabe que existen una gran cantidad de recursos fósiles bajo su superficie. Además, el tratado ha sido modificado a lo largo del tiempo, hasta la actualidad, para afrontar los crecientes retos climáticos del ser humano.

Eso sí, a pesar de todo este rollito de la cooperación, es cierto que hay siete países en total que han reclamado territorio, siendo de especial relevancia el territorio reclamado por Argentina, Chile y Reino Unido. Las dos primeras por su evidente cercanía y contacto con la región. Y Reino Unido, pues bueno, lo de siempre.

A propósito de esto, resulta que muy cerquita de la Antártida ocurrió el que posiblemente sea el conflicto más relevante acontecido por las cercanías del Polo Sur. En 1983, gracias a un pacto con Estados Unidos, Reino Unido adquirió la propiedad de las Islas Malvinas a costa de los argentinos, que las habían conseguido tras la independencia del país. Se lió pardísima y una gran ola de patriotismo se desató por toda Argentina, lo que acabó ni más ni menos que en una guerra marítima entre Reino Unido y Argentina.

Si os interesa especialmente este episodio, tenéis un vídeo dedicado al conflicto en el canal. Actualmente, las Malvinas se siguen considerando por la ONU como un territorio en disputa.

Antártida actual

Por su parte, otras potencias como China están aumentando en los últimos años el gasto en expediciones polares y la inversión en infraestructura especializada. Pero si no se pueden explotar los recursos fósiles, ¿hay algún otro interés en el control del territorio antártico? Pues lo cierto es que sí, y además uno grande. Estamos hablando del bien más valioso que existe en el mundo y quizás el tesoro más importante del futuro: el agua dulce.

Debajo del hielo antártico se encuentran 3.000 km³ de agua atrapada en sedimentos porosos, siendo así el acuífero más grande del mundo. Además, la claridad y limpieza de los cielos del Polo Sur también hacen de este entorno un lugar ideal para evitar interferencias de radio y establecer redes de vigilancia que podrían llegar a tener uso en investigación de doble propósito, es decir, con aplicaciones científicas y militares.

Esto no infringiría el Tratado Antártico, pero desde luego tampoco es que lo respete del todo. Además, ¿quién sabe si en algún momento la paz llegará a su fin y el tratado se romperá? Con todo esto llegamos a la pregunta del millón que quizás aún no ha quedado clara: ¿de quién es la Antártida?

Pues, a pesar de los reclamos de territorios ya mencionados, la respuesta es que de todos los que han firmado el Tratado Antártico, aunque realmente no es de nadie. Es lo que se llama un condominio, en el que actualmente 38 países se encuentran entre los firmantes. Y menos mal que es así, porque a día de hoy hay en curso más de 4.000 experimentos científicos llevados a cabo por distintas naciones. Se cuentan ya más de 60 bases y claramente el Tratado Antártico representa un auténtico logro en lo que a cooperación internacional se refiere.

Por cierto, por si te lo estabas preguntando, España tiene dos bases en la Antártida situadas en las islas Shetland del Sur: la base Juan Carlos I, en la isla de Livingston, y la base Gabriel de Castilla, en la isla Decepción. La primera está gestionada por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la segunda por el Ejército de Tierra.

Etiqueta Antártida
CompartirEnviarTweet

Te Interesa

La operación Mincemeat
Historia

La operación Mincemeat

Por Paula Pérez Calvo
14 de octubre de 2025

Si hay algo de lo que no paramos de hablar desde que ocurrió es de la Segunda Guerra Mundial… y...

 ¿Se podían evitar los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki?
Historia

 ¿Se podían evitar los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki?

Por Paula Pérez Calvo
9 de octubre de 2025

6 de agosto de 1945. Son las 8:15 de la mañana en Hiroshima. De repente, un destello cegador, una bola...

La historia de Vladimir Lenin
Historia

La historia de Vladimir Lenin

Por Paula Pérez Calvo
7 de octubre de 2025

El hombre del que vamos a hablar en el video de hoy es uno de los grandes representantes del socialismo....

Siguiente
¿Te estás quedando CALVO? 👨‍🦲 | Tratamientos EFICACES y explicación CIENTÍFICA 💊

¿Te estás quedando CALVO? 👨‍🦲 | Tratamientos EFICACES y explicación CIENTÍFICA 💊

Memorias de Pez

© 2024 Memorias de Pez - La HISTORIA de la HUMANIDAD de forma divertida.

Enlaces de interés

  • Mapa del sitio
  • Aviso Legal
  • Políticas de Privacidad
  • Política de Cookies
  • Contacto

Síguenos

Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Historia
  • Geopolítica
  • Ciencia
  • Economía

© 2024 Memorias de Pez - La HISTORIA de la HUMANIDAD de forma divertida.