Tú que eres… ¿De izquierdas o de derechas? Todos hemos escuchado mil veces estos términos cuando hablamos de política, y de hecho, seguramente todos nos hemos sentido identificados con uno de los dos lados alguna vez. Lo que significa que también habremos criticado el otro… Y es que, a priori, parece que es incompatible ser de ambos a la vez. Pero… ¿De dónde viene todo esto? ¿Qué significa realmente ser izquierdas o de derechas? ¿Se puede ser de ambas cosas a la vez? ¿Es tan complicado llegar a un punto en común? Esto es algo que te habrás preguntado muchas veces. Y evidentemente, la respuesta tampoco es sencilla.
Origen histórico de izquierda y derecha
Pero sí que hay una cosa clara: la izquierda y la derecha son muy diferentes. Y hoy en Memorias de Pez os vamos a explicar qué narices es lo que las define y diferencia.
Eso sí, antes de nada vamos a darnos un viajecito por la historia y vamos a irnos justo al final de la Edad Moderna, a los inicios de la Revolución Francesa. ¿Por qué? Pues porque este fue el momento exacto en el que se empezó a hablar por primera vez de derecha e izquierda.
A finales del S. XVIII, más en concreto el 5 de mayo de 1789, el Rey Luis XVI presidía la Asamblea de los Estados Generales, una reunión en la que estaban representados por igual los distintos estamentos o “estados” del régimen: la nobleza, el clero y el Tercer Estado (que estaba formado por representantes de las ciudades). Recordemos que por aquellas fechas, una nueva clase social llamada la burguesía estaba petándolo muy fuerte y cada vez tenía más poder. Pues bueno, como no es de extrañar a nadie, la nobleza y el clero solían coincidir en cuanto a sus intereses… y como estaban siempre dos a uno respecto al Tercer Estado, normalmente acababan imponiendo sus decisiones.
El caso es que unos meses antes de aquel histórico 5 de mayo de 1789, todo iba a cambiar. En un contexto en el que las cosas ya se estaban calentando en Francia, el Consejo de Estado francés decidió doblar el número de diputados del Tercer Estado. Así, lo primero que hicieron los del tercer estado al llegar a la reunión fue solicitar que el voto empezase a ser individual y no estamental.
La nobleza y el clero sumaban 561 representantes y el tercer estado 578… Desgraciadamente para los del tercer estado, en esta votación el sistema seguía siendo estamental, así que nada… dos a uno otra vez en contra del pueblo con la aprobación del rey. Y me diréis… ¿Para qué me cuentas toda esta chapa? Pues es que resulta que en aquella asamblea pasó lo siguiente: Los del tercer estado, es decir, los que buscaban una mayor representación para el pueblo llano, se sentaron a la izquierda del rey, mientras que la nobleza y el clero, que buscaban defender sus privilegios, se sentaron a su derecha. Nos suena ¿No? Pues ya tenéis la explicación del origen de los términos.
Evolución de los términos en la historia
A partir de este momento, en Francia, estas palabras se siguieron utilizando. Así, los miembros de la “derecha” defendían el antiguo régimen, es decir, a la monarquía y la aristocracia, mientras que los de la “izquierda” hacían lo propio con la república y las libertades civiles. Y ¿Sabéis qué más defendía la izquierda francesa de aquel momento? Pues el capitalismo y el libre comercio. ¿Os sorprende? Pues no debería.
Si lo pensáis bien, dentro de los representantes de la izquierda había muchos comerciantes, y la incipiente clase burguesa fue en su momento la clase revolucionaria que le quitó el poder a la monarquía. Eso parece que ha cambiado a día de hoy, pero lo cierto es que sí que ha quedado una cosa muy clara: la derecha es conservadora y partidaria del poder establecido, mientras que la izquierda se ha asociado a la defensa de los cambios, las reformas y en general a las revoluciones. Eso sí, como veremos más adelante, la historia nos ha enseñado que incluso esta división a veces no está tan clara ¿No?
Y es que tras la Revolución Francesa, esta dicotomía se trasladó al resto de Europa en el siglo siguiente, y más adelante, al resto del mundo. Pero como es evidente, este sistema también evolucionó, y se fue encontrando con las particularidades de cada país al que llegaba.
Espectro político actual
Así, el espectro político global fue variando y al sistema “izquierda-derecha” también se le fueron añadiendo otros ejes como el del “autoritarismo-libertarismo”, el del nacionalismo, independentismo… y un montón de ismos que lo complican todo mucho más. No obstante, a pesar de que antaño esta diferenciación izquierda-derecha cuadraba muy bien con un plano estrictamente social, a día de hoy utilizar los términos de izquierda y derecha, funciona especialmente bien en el plano económico. Así, podemos encontrarnos con que generalmente:
- La derecha defiende a las clases más privilegiadas, mientras que la izquierda defiende el poder del pueblo.
- Y por lo tanto, la izquierda defiende la igualdad social, mientras que la derecha prima el bienestar individual. Pero ¿Qué garantiza el bienestar individual a día de hoy? Pues el dinero.
- Así, la derecha defiende el liberalismo económico, vamos el “mercado libre”. Y esto, como ya os hemos dicho, es algo que antes no era así. Por su parte, a día de hoy, la izquierda suele verse más defendiendo la intervención del estado en la economía. Un ejemplo de esto es que la derecha tiende a ser más reticente a los impuestos respecto a la izquierda. Mientras que desde la izquierda se buscan más o mayores impuestos para poder mantener servicios sociales, como la sanidad o la educación. Esto casa un poco con lo que veníamos diciendo anteriormente. La derecha, al defender a las clases más privilegiadas, está en contra de la re-distribución de renta que es el objetivo último que tienen los impuestos.
- Y esto nos lleva a otra diferencia que es que la derecha prefiere gobiernos más pequeños y con menor peso en la economía, además de con menos servicios públicos, por creerlos más eficientes en términos económicos. Mientras que la izquierda cree en un estado fuerte e intervencionista ya que lo ve como el gran garante de la justicia social.
La libertad social y sus ejes
¿Qué os parece? Se va asemejando a lo que vemos día a día ¿No?
Lo que pasa es que aquí hay un problema, es imposible entender realmente el espectro político de cualquier país sin añadir otro nuevo eje, o según se mire, otro viejo eje. Este eje es el de la libertad social. Y en cierto sentido se parece un poco a lo que en tiempos de la Revolución Francesa eran la “izquierda y la derecha”.
- Así, los individuos “progresistas” buscan un mayor progreso social, como por ejemplo más derechos para grupos desfavorecidos o minorías sociales.
- Mientras tanto, los conservadores (que serían lo opuesto) buscan la defensa de los valores tradicionales y las estructuras clásicas de poder. Como el militarismo o la defensa de la iglesia.
Izquierda, derecha y sus nuevas dicotomías
Para para, ya sé lo que me vais a decir. Estás volviendo a definir la izquierda y la derecha ¿No? Bueno… Pues en parte sí. Y es que hay una tendencia clara a que los individuos progresistas sean de izquierda y los conservadores de derechas… De hecho, son características intrínsecas del eje izquierda-derecha clásico. Pero lo cierto es que a día de hoy, esto hay que cogerlo con pinzas. Y más aún si encima le metes a la ecuación el eje “autoritarismo-libertad”, que también ha sido tradicionalmente asociado a la derecha y la izquierda respectivamente. Un puñetero embrollo. Y como es lógico, nos hacemos entonces varias preguntas.
Pues bueno… La tendencia es esa. Pero esto no se cumple ni mucho menos en todos los lugares del mundo. Un ejemplo de ello puede ser el de países como China, Bielorrusia o Corea del Norte entre otros. Son países gobernados por la izquierda (aunque se le puede poner algún pero a esta afirmación), que tienen claros tintes autoritarios, y que en materia de derechos andan bastante mal. Vamos, países en los que te pueden enchironar por tu orientación sexual, o en los que la libertad de la mujer sigue estancada en el siglo pasado.
Pues tampoco tiene por qué. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en muchos países nórdicos como Dinamarca, Finlandia o Suecia, que han tenido gobiernos de izquierdas que han primado la recaudación de impuestos y los servicios públicos, pero que también han aplicado muchas políticas liberales como la regulación laxa de su mercado o los incentivos al sector privado y a la formación de nuevas empresas. Así, países con una presión fiscal altísima y un montón de gasto público (cosas características de la izquierda) también han conseguido ser de los más capitalistas del planeta.
Vale sí, evidentemente me vais a decir que hay una contradicción ahí, ¿No? ¿Cómo se puede abogar por la re-distribución de la riqueza, pero fomentar 100% el capitalismo? Pues es algo complicado… de ahí que por mucho eje “social” que queramos añadir, las políticas neoliberales sean siempre tildadas como políticas de derechas. Pero bueno, las excepciones están ahí ¿Eh? Y los ejes funcionan.
Ejemplos y conclusiones
En resumen, os vamos a poner algunos ejemplos. El estalinismo sería un sistema de izquierda económica pero muy autoritario. El fascismo sería muy autoritario, pero de derechas. Lo curioso es que estos sistemas a nivel socio-económico tienen cosas claras de izquierda como la protección de los trabajadores, mientras que en un plano estrictamente social serían muy conservadores (como por ejemplo los derechos LGTB). Luego tenemos la socialdemocracia, que podríamos decir que es poco autoritaria, y más de la izquierda en cuanto a socioeconomía. Los democristianos alemanes por ejemplo, se situarían en un eje similar pero en la derecha, y algo más autoritarios porque son más conservadores. Hay mil ejemplos. Y lo peor es que encima esto también es subjetivo a veces.
Pero resulta que podemos rizar el rizo mucho más. Si seguimos añadiendo ejes, podemos meternos en el eje “ambientalismo versus negacionismo del cambio climático”. O en el eje “laicismo-religión”. Hay un montón de este tipo de sistemas binarios… pero ¿Por qué seguimos utilizando el de IZQUIERDA-DERECHA como el principal? Pues bueno… Hay excepciones en cuanto al negacionismo del clima, hay excepciones en cuanto a la religión, las hay en cuanto al autoritarismo, etc… Pero lo cierto es que a pesar de todo, el sistema derecha e izquierda es capaz de resumir bastante bien todos los demás.
Así, si os decimos que un partido es conservador, más autoritario, defiende los valores familiares, la religión, la propiedad privada… Seguramente me diréis que estamos hablando de un partido de derechas. Mientras tanto, si os decimos que un partido busca la igualdad social, el pluralismo, es ambientalista, defiende el estado del bienestar y la intervención del estado en la economía… Me diréis que hablamos de un partido de izquierdas ¿Verdad?
El eje del nacionalismo
Quizás solo hay un eje que es bastante difícil de casar con el de izquierda-derecha. Y este es el del nacionalismo o independentismo. Este es un tema que complica mucho la política territorial de cualquier lugar, y un ejemplo de ello lo tenemos en España. Y es que resulta que en Cataluña o en Euskadi han existido partidos independentistas de todos los colores del espectro político.
Pero bueno, salgamos de esta excepción y volvamos a nuestra ya archi-mencionada derecha e izquierda que, como os decimos, sigue siendo la clasificación de la política más vigente. De esta forma nos podemos encontrar con una bipolarización constante en distintos países. Por ejemplo:
- En España ha sido representada claramente por el PP y el PSOE.
- En Francia los republicanos y los socialistas.
- En EEUU los republicanos y los demócratas.
- En Gran Bretaña el partido liberal y el laborista.
- En Alemania los democristianos y socialdemócratas.
Y así en innumerables países, siempre con otros elementos que se han situado más a la izquierda o a la derecha, llegando también a haber casos de extrema derecha o izquierda.
Perspectivas finales
Eso sí, en función del contexto todo varía. Así, muchos dirán que los demócratas estadounidenses llevan mucho tiempo sin hacer políticas de izquierdas, mientras que otros pueden decir que lo del socialismo en China es un poco de mentirijillas…
Ya veis que todo es una cuestión de perspectiva. Lo que para unos es de izquierdas, para otros puede ser de derechas. Eso sí, no podemos obviar que hay características muy claras que definen a cada opción política. También decir que las ideologías no son bloques cerrados, y que una persona puede ser muy progresista y tener valores conservadores en algunos temas concretos, al igual que esto se puede dar al revés. No obstante…
¿Hay alguna ideología mejor que otra? Pues evidentemente tenemos nuestra opinión, pero la vamos a dejar en el tintero. Aunque nosotros tengamos una ideología, hay que remarcar que ha habido buenas y malas gestiones desde ambos lados, y que ante todo, los valores de la tolerancia y el diálogo entre ambas opciones deben permanecer en nuestra sociedad para que todo funcione. Así que nada, abajo la intolerancia y arriba los derechos humanos.