Los judíos han tenido fama de tener gran destreza para los negocios y amasar ingentes fortunas. El propio estado de Israel es un ejemplo de esta prosperidad, destacando como un oasis de riqueza en una región marcada por la pobreza. El PIB per cápita de Israel es significativamente superior al de países vecinos como Líbano, Jordania o Egipto. Entre las personas más ricas del planeta, se encuentran numerosos judíos, como Larry Ellison, fundador de Oracle; Michael Bloomberg; el fallecido magnate del juego Sheldon Adelson, con numerosas propiedades en Las Vegas; Larry Page, cofundador de Google; Mark Zuckerberg, CEO de Facebook; y George Soros.
Desigualdad de ingresos en Estados Unidos
En Estados Unidos, el 23% de las familias judías tienen ingresos anuales superiores a 200.000 dólares, en comparación con solo el 4% de la población general. Además, solo el 10% de las familias judías ganan menos de 30.000 dólares al año, frente al 26% de la población general. Esta disparidad se observa en muchos países con comunidades judías significativas, confirmando que los judíos, en promedio, son más ricos que la media.
La historia de la riqueza judía se remonta a tiempos antiguos, específicamente al Imperio Romano. En el año 135, tras la derrota de los ejércitos judíos por el Emperador Adriano, los judíos fueron expulsados de Jerusalén y se dispersaron por todo el mundo conocido. Durante la Edad Media, muchos judíos emigraron a Europa Occidental y Central, huyendo de la opresión y la persecución. Sin embargo, en estos nuevos territorios, se les prohibía poseer tierras y propiedades, lo que les llevó a desarrollar habilidades en el comercio y la artesanía.
Desarrollo de la comunidad y educación
Los judíos aprovecharon las comunidades establecidas en diferentes ciudades europeas para comerciar entre sí, convirtiéndose en comerciantes y artesanos exitosos. Esta situación les permitió formar una pequeña burguesía que fue prosperando con el tiempo. A medida que su riqueza crecía, muchos judíos se involucraron en la banca y el préstamo de dinero, actividades permitidas por su religión, en contraste con la prohibición de la Iglesia Católica, que consideraba el cobro de intereses un pecado.
La comunidad judía ha desarrollado una fuerte conciencia de pueblo, fomentando la colaboración y el intercambio de conocimientos y recursos. Este sentido de solidaridad ha sido fundamental para su éxito. Además, los judíos son el grupo religioso mejor formado. Según un estudio del Pew Research Center, los judíos reciben una media de 13,4 años de educación, comparado con 9,3 años para los cristianos y 5,6 años para hindúes y musulmanes.
La educación ha sido una prioridad en la cultura judía durante siglos. Desde temprana edad, los niños judíos son introducidos a la lectura y el estudio de la Torá, desarrollando habilidades de análisis y pensamiento crítico. Los textos judíos también tratan temas relacionados con las finanzas y la gestión del dinero, ofreciendo consejos sobre caridad, ahorro, inversión y gestión de riesgos.
Factores clave de la riqueza judía
La historia de persecución y marginación ha forjado en los judíos una gran resiliencia y espíritu emprendedor. La necesidad de depender de sus propios recursos y habilidades para sobrevivir ha fomentado un fuerte sentido de autosuficiencia. Históricamente, la movilidad social para los judíos ha estado vinculada al éxito financiero, ya que a menudo estaban excluidos de los órganos de poder político.
¿Cuáles son los factores detrás de su riqueza?
Varios factores explican por qué los judíos tienden a ser más ricos que otros grupos:
- Prohibición de Poseer Tierras: Esta restricción les obligó a dedicarse al comercio y la artesanía, desarrollando habilidades empresariales.
- Solidaridad y Colaboración: La fuerte red de apoyo dentro de la comunidad judía ha facilitado el intercambio de conocimientos y recursos.
- Enfoque en la Educación: Los judíos invierten significativamente en la educación de sus hijos, desarrollando habilidades críticas desde una edad temprana.
- Resiliencia y Espíritu Emprendedor: La historia de persecución ha fomentado un espíritu emprendedor y una capacidad para adaptarse y prosperar en condiciones adversas.
Estos factores han contribuido a que los judíos sean uno de los grupos más exitosos en términos financieros en el mundo actual.