Hoy vamos a hablar de una de las mejores maneras de invertir cuando no se tienen conocimientos de inversión. Cuando preguntaron a Warren Buffett, el mejor inversor de la historia, sobre cómo debería su mujer gestionar su enorme patrimonio cuando él ya no esté, Warren lo tenía claro: la inversión pasiva.
En concreto, Warren le recomendó que invirtiese el 10% del efectivo que herede en bonos de corta duración y el otro 90% en un ETF que replique el S&P 500. Un momento Borja ¿Has dicho ETF? ¿S&P500? Si todo esto te suena a chino no te preocupes que ahora mismo lo vamos a entender.
¿Qué es un ETF?
Comencemos por los ETFs. Un ETF es un fondo cotizado, es decir, un producto o vehículo de inversión que te permite invertir en varios activos a la vez. Vamos, que es una mezcla entre una acción, ya que se compra y se vende exactamente igual que las acciones, y un fondo de inversión, ya que el valor de un ETF representa el valor de muchos activos.
Por otro lado, el S&P 500 es el índice de referencia de Estados Unidos, y su valor refleja el valor de las 500 empresas más importantes de Estados Unidos. Por tanto, un ETF que replique el S&P 500, es un ETF cuyo valor crece o disminuye en la misma cuantía que lo hacen las 500 empresas más importantes de Estados Unidos. Esto quiere decir que comprando un ETF que replique el S&P 500, estás apostando por las 500 mayores empresas de Estados Unidos.
Popularidad de los ETFs
Este tipo de inversión es algo relativamente nuevo, ya que surge a finales de los años 90 y desde entonces su popularidad no ha dejado de crecer. Las inversiones en ETFs ya han superado los 7,5 billones de dólares, una cantidad que supone 6 veces el PIB de España.
Lo bueno de que los ETFs se popularicen es que ya hay ETFs de muchas cosas diferentes. Por ejemplo, podemos comprar un ETF que replique el valor de las principales empresas del mundo. Otros que repliquen las principales empresas de países emergentes. ¿Tienes ganas de invertir en lugares exóticos como la India, pero no sabes qué empresa elegir? No te preocupes, tienes un ETF que replica las principales empresas indias.
¿Quieres invertir en tecnología o en alguna industria concreta pero no quieres analizar cada una de las empresas? Sigue sin preocuparte porque también hay ETFs que replican el valor de las principales empresas de casi todos los sectores. Quizás no te interesen las empresas grandes y prefieres invertir en empresas más pequeñas, es decir en small caps, pues también tienes ETFs que replican el valor de las principales.
Ventajas de los ETFs
Vamos, que hay ETFs de casi todo, y no solo hablo de acciones, también los hay de materias primas como el oro, divisas como el dólar o incluso bonos. A largo plazo, los fondos de gestión pasiva, como lo son los ETFs, tienden por lo general a batir a los fondos de gestión activa, es decir, que baten a aquellos fondos en los que analistas profesionales analizan y escogen las empresas en las que invertir. ¿Y esto por qué pasa? ¿Tan malos son? Pues sí y no. Es cierto que el 90% de los fondos de gestión activa no son capaces de batir a los fondos de gestión pasiva, pero esto no solo se debe a malos análisis, sino también a que los fondos de gestión activa tienen unas comisiones mucho mayores.
Rentabilidad y comisiones
Invertir en un ETF que replique el S&P 500 da históricamente un 8% de rentabilidad anual, como os decía, esto supera a más del 90% de fondo de gestión activa. Eso sí, esta rentabilidad va a variar según el ETF en el que inviertas.
Las comisiones de gestión de los ETFs son muy pequeñas, hablamos de un 0,3% o un 0,5% anual en comparación con el 2% anual + el 10% de las ganancias, que suele ser el estándar en los fondos de inversión activa.
Además, los ETFs tienen mucha más flexibilidad, ya que al comprarse y venderse como una acción en cualquier momento puedes venderlo y recuperar tu dinero, mientras que en los fondos de gestión activa este proceso suele tardar cerca de una semana.
Facilidad y diversificación
También, como cotiza igual que una acción, en todo momento sabes el valor en tiempo real de tu ETF, mientras que en los fondos de gestión activa la composición de la cartera del fondo solo la conoces trimestralmente y con retraso.
Por otro lado, invertir en ETFs es muy sencillo, ya que solo tienes que irte a tu broker o banco de confianza y comprarlos como si se tratase de cualquier acción.
Otra ventaja es que los ETFs te permiten diversificar, invirtiendo en muchos activos. Vamos, que es probable que una empresa concreta pueda quebrar, pero es casi imposible que, por ejemplo, las 500 mayores empresas de Estados Unidos quiebren.
Problemas en Europa
Y aquí es donde tenemos que hablar de un problema que tenemos en Europa. Y es que por ley, en Europa no podemos invertir en ETFs que los gestionen en Estados Unidos, sin embargo, la mayor parte de estos tienen su versión compatible con la legislación europea, así que no hay que preocuparse.
Otro problema que tienen los ETFs es que tributan de igual manera que una acción. Esto quiere decir que en el momento en el que vendas un ETF con beneficios, vas a tener que pasar por caja.
Por último, si eres un apasionado de la inversión y lo que te gusta es analizar empresas y escoger aquellos negocios que más te llamen la atención, es probable que la inversión en ETFs te resulte aburrida, ya que su volatilidad tiende a ser mucho menor que la de las acciones, y actúas más como un trasatlántico que poco a poco avanza pero que es muy difícil de detener.
Otro día hablaremos de los ETFs más interesantes y de en qué brokers poder comprarlos, así que si quieres seguir aprendiendo sobre inversión, ¡no te lo pierdas!