En los últimos meses, ha surgido un creciente temor a una guerra a gran escala en Europa entre Rusia y la Unión Europea, o incluso entre Rusia y la OTAN. Este temor ha sido alimentado por varios factores, incluido el deterioro de la situación en Ucrania y las declaraciones del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha amenazado con detener el suministro de armamento a Ucrania si llega al poder.
En respuesta a esta situación, algunos líderes europeos han aumentado su compromiso con el gobierno de Kiev, enviando armas y aumentando el tono de sus declaraciones. Países como Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Suecia y las repúblicas bálticas han intensificado el envío de armamento a Ucrania. Incluso se ha formado una coalición internacional para adquirir rondas de artillería para este país.
Reacciones y preocupaciones en occidente
La escalada de tensión también se ha visto reflejada en las declaraciones de líderes occidentales. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha liderado este movimiento, proponiendo el envío de tropas a Ucrania para realizar tareas de vigilancia, logística y entrenamiento, entre otras.
Las palabras de Macron resumen la preocupación de muchos líderes europeos: el temor a que la inacción conduzca a una victoria de Rusia. Reino Unido también ha endurecido su discurso, con su secretario de Defensa, Grant Shapps, advirtiendo sobre el fin de los dividendos de la paz de la guerra fría. La ministra de Defensa de España, Margarita Robles, ha destacado la gravedad de la amenaza de guerra.
Las declaraciones de Trump, sugiriendo que dejará a Putin “hacer lo que quiera” con los países europeos de la OTAN que no cumplan con ciertos requisitos de gasto en defensa, han generado preocupación en Bruselas. Como respuesta, la Unión Europea ha expresado su interés en formar un ejército europeo común, e incluso se ha planteado la posibilidad de desarrollar un arsenal nuclear europeo independiente de Estados Unidos.
Evaluación de los escenarios de conflicto
Mientras tanto, en Moscú, Rusia ha seguido desafiando a Europa y a la OTAN, amenazando con una guerra nuclear en múltiples ocasiones. Desde que inició unilateralmente la invasión de Ucrania hace más de dos años, Rusia ha mantenido una postura desafiante hacia Europa.
Pero, ¿es realmente probable que estalle una guerra a gran escala entre Rusia y Europa? Veamos los posibles escenarios.
Uno de los escenarios sería un ataque de la Unión Europea o una coalición de países europeos contra Rusia, lo cual sería altamente improbable. La UE opera bajo principios de diplomacia y diálogo, y su política de defensa está orientada hacia la resolución pacífica de conflictos. Además, cualquier acción militar requeriría un consenso entre los estados miembros, lo que sería difícil de lograr dada la diversidad de intereses y la necesidad de coordinación con la OTAN.
Iniciar una guerra sin el respaldo de Estados Unidos sería extremadamente arriesgado para Europa, ya que el arsenal nuclear de Rusia es significativamente mayor que el de Francia y el Reino Unido juntos. Además, la falta de preparación y coordinación entre los ejércitos europeos dificultaría cualquier operación militar conjunta. En resumen, para Europa, la guerra sería un último recurso, considerado solo en defensa propia o bajo mandato de las Naciones Unidas.
Otro escenario sería un ataque de Rusia a Europa, pero las posibilidades de éxito de una operación militar rusa son limitadas. Europa cuenta con el respaldo de la OTAN y, aunque Rusia tiene un gran poderío militar, enfrentarse a una coalición de países desarrollados sería un desafío considerable. Además, Rusia no está en condiciones de iniciar una operación militar exitosa debido al desgaste que ha sufrido en Ucrania y a la falta de preparación de su ejército.
Finalmente, existe el riesgo de una escalada de tensión que podría desembocar en un conflicto debido a un error de cálculo o una decisión malinterpretada por cualquiera de las partes. Ejemplos recientes, como el incidente con el presidente griego y el presidente ucraniano, o los informes de un posible ataque nuclear táctico ruso en el pasado, ilustran cómo una serie de eventos desafortunados podrían precipitar un conflicto.