¿Qué es una Burbuja Económica? Hoy vamos a ver uno de los términos más famosos del mundo económico. Las burbujas. Cómo funciona una burbuja económica parece sencillo pero ¿Realmente lo es? ¿Por qué continúan ocurriendo? ¿Cuáles han sido las mayores burbujas de la historia? ¿Se pueden pinchar antes de que revienten? Pues venga a ponerse cómodos que vamos con ello. Vayamos al grano, una burbuja es cuando cualquier bien aumenta su precio en el mercado a gran velocidad y muy por encima de su valor real.
La crisis del tulipán: la primera gran burbuja
El mejor ejemplo de lo que es una burbuja, lo encontramos en la primera gran burbuja de la historia: la crisis del tulipán. Os la cuento rápidamente. Cuando los Países Bajos consiguen su independencia tras derrotar al Imperio Español, el país se convierte en uno de los principales puntos del comercio mundial, y los barcos holandeses consiguen abrir o hacerse con nuevas rutas comerciales que les permiten traer un montón de especias desde Asia.
Esto creó un montón de nuevos ricos en el país que se dedicaban al comercio. Ricos, que vivían en ostentosas casas rodeadas de jardines llenos de flores. En los jardines de estos ricos se puso de moda tener tulipanes, ya que eran flores exóticas que venían de Asia y que costaba un mundo hacerlas florecer. Así que esta moda de tener tulipanes hizo que estos escasearan y que su precio automáticamente subiera.
Además, un virus comenzó a afectar a los tulipanes, el virus del tulipán roto. Muchos de los tulipanes que estaban afectados por este virus, acababan muriendo pero unos pocos sólo cambiaban de apariencia y se volvían más bonitos y vistosos. Así que todos los ricos querían hacerse con esta variedad rara de tulipán y sus precios subieron aún más que los de los tulipanes normales.
Ante la increíble subida de precios de los tulipanes hubo mucha gente espabilada que pensó: «Como los tulipanes no paran de subir de precio… ¿Y si compro los bulbos de los que salen y así cuando crezcan podré venderlos por mucho más dinero?» Así que ahora los tulipanes no eran solo demandados por los ricos para sus jardines, sino también por la gente que quería comprarlos para especular con su precio, es decir, para venderlos más caros de los que les habían costado en poquito tiempo. Y como los tulipanes tardan en crecer y no se pueden crear más de la noche a la mañana, los precios de estos continuaron subiendo.
Mucha gente ganó mucho dinero comprando y vendiendo tulipanes, y eso causó un efecto llamada al resto de la población. Todo el mundo quería participar de esa vorágine de dinero que suponía el comprar y vender tulipanes. De hecho, hubo gente que se endeudó para comprar bulbos de tulipanes a precios astronómicos.
Ante la llegada de todos estos nuevos compradores el precio del tulipán subió y subió hasta el punto de que un bulbo de tulipán llegaba ya a valer el sueldo que un artesano podía ganar en 10 años.
Poco a poco la gente empezó a ser consciente de la locura que suponía que una flor valiese 10 veces el salario de un artesano y de repente llegó un punto en el que todo el mundo comprendió que aquello no tenía sentido.
¿Y qué ocurrió?
Pues que todo aquel que tenía tulipanes trató de venderlos para recuperar su inversión, y todo aquel que no tenía tulipanes comprendió que comprarlos era una tontería. Es decir, se pasó de un escenario en el que la demanda era mayor que la oferta, lo cual empujaba los precios hacia arriba, a un escenario en el que la oferta era mucho mayor que la demanda.
Como nadie quería ya tulipanes y muchos estaban deseosos de venderlos, el precio de los tulipanes comenzó a bajar y bajar. La burbuja acababa de estallar y mucha gente que lo había vendido todo para comprar tulipanes y que incluso se había endeudado, se arruinó, quedándose con una triste y bonita flor que nada valía. Desde entonces ha habido un montonazo de burbujas.
La compañía de los Mares del Sur
En el siglo XVIII la sufrió Inglaterra, cuando las acciones de La Compañía de los Mares del Sur, llegaron a precios estratosféricos. Aquella compañía tenía un gran negocio detrás ya que la empresa tenía el monopolio del comercio con las colonias españolas en América Latina. Sin embargo, ningún activo o bien por valioso que sea está a salvo de sufrir una burbuja.
Las acciones de la compañía subieron tanto que acabaron estando muy por encima de su valor. Cuando los accionistas minoritarios se pusieron a vender sus acciones para pagar los créditos que habían pedido para comprarlas, el precio de las acciones se desplomó, muchos bancos ingleses quebraron y la economía inglesa se fue al traste. Lo mismo ocurrió en el crack del 29 del que ya os hemos hablado en el canal.
La burbuja de las .com
Ejemplos más recientes los encontramos en la burbuja de las .com en el 2000. A finales de los 90 nadie dudaba de que internet era el futuro. Por ello, los inversores se gastaban el dinero que fuese en comprar acciones de cualquier empresa que tuviera que ver con el mundo online.
El problema es que la mayor parte de estas empresas no eran rentables y cuando la conciencia popular se dio cuenta de los precios, todo el mundo trató de vender y muchas empresas quebraron arruinando a sus inversores.
La burbuja inmobiliaria de 2008
Pero quizás la burbuja más grande de los últimos tiempos se dio en 2008, cuando los activos que subieron irracionalmente de valor fueron las casas, sí esas que muchos expertos dicen que nunca bajan. En este caso el problema fueron las hipotecas tóxicas también conocidas como subprime. Os explico, los bancos dieron hipotecas a un montón de personas sin apenas solvencia a unos intereses astronómicos.
Mientras las viviendas subían no pasaba nada porque si no podías pagar, vendías tu casa y como la vendías a un precio más alto del que te costó, con el beneficio podías pagar tu hipoteca. Sin embargo, cuando las casas dejaron de subir y la gente comenzó a no poder pagar sus deudas, todo el mundo quiso vender hundiendo los precios, y llevándose por delante a muchos bancos como al gigante Lehman Brothers.
Esta caída vino acompañada de caídas en bolsa y un gran aumento del desempleo lo que agravó la crisis que se extendió por todo el mundo. Especialmente dura fue en España donde teníamos nuestra propia burbuja inmobiliaria.
Etapas de una burbuja económica
La mayor parte de las burbujas presentan un gráfico similar en el que se pueden observar varias etapas.
El primer paso en una burbuja es cuando el activo en cuestión empieza a generar cierto interés. Bien por una moda o bien por la disrupción de una nueva tecnología, los inversores con más visión comienzan a interesarse por el activo en cuestión y su precio comienza a subir.
Tras esta subida, los primeros valientes comienzan a recoger beneficios bajando algo los precios. Esto ocurre bien porque la tecnología detrás de esa nueva burbuja está todavía en pañales, porque las empresas detrás del activo en cuestión aún no producen beneficios o bien porque simplemente los inversores quieren, como hemos dicho, recoger beneficios. En esta etapa la mayor parte de los inversores son fondos de inversión e inversores profesionales.
Tras esa pequeña bajada producida por la salida de los primeros valientes, muchos inversores comienzan a entrar en el valor, ya que este presenta un precio más atractivo, y aquí es donde la locura empieza. Las subidas producidas por inversores atraídos por los buenos precios y la rentabilidad pasada comienzan a demandar el activo en cuestión creando un exceso de oferta y subiendo los precios. Los medios se hacen eco de la situación y de repente todo el mundo empieza a oír hablar de ello y a interesarse. Aquí es donde entran los inversores pequeños, que se entusiasman con su nueva inversión y a menudo exageran sus retornos.
Estos inversores cuentan a sus amigos, a sus familiares el pastón que están sacando con su nueva inversión. Muchos de ellos que creen que llegan tarde a la fiesta se meten con todo para compensar, y otros, embriagados por sus potenciales ganancias no piensan en vender y retirar sus ganancias sino que se endeudan para comprar más. Toda esta vorágine de avaricia hace que los precios suban y suban sin control hasta que realmente ocurre un hecho puntual que hace que la gente comience a dudar del valor del activo. Es entonces cuando entra el pánico y mucha gente comienza a vender produciéndose una gran caída en poco tiempo.
Una vez la caída se estabiliza, muchos creyentes en el activo vuelven a comprar porque perciben que este está barato, pero esto es tan solo una trampa, la burbuja ya ha reventado y el panico está servido. Finlamente la situación de pesimismo acaba invadiendo a todo el mercado y el precio del activo puede acabar incluso por debajo de su valor real. Pasado un tiempo prudencial, si realmente la tecnología es tan disruptiva o si la moda ha venido para quedarse, el precio del valor volverá a su cauce. Y ya sólamente nos queda una pregunta por responder.
¿Se pueden evitar las burbujas económicas?
Pues, generalmente sí pero la broma no va a salir gratis. Para evitar la formación de una burbuja el estado tiene que intervenir en la economía impidiendo el libre mercado y que la oferta y la demanda actuen sin restricciones y como decía esto tiene consecuencias en forma de crecimiento económico o en forma de libertades individuales. Me explico, principalmente hay dos formas de pinchar una burbuja antes de que esta sea demasiado grande.
La primera opción es incrmentando la regulación. Pues sí, hay alguna burbujas que se pueden pinchar antes de que revienten haciendo menos atractiva la idea de especular con un activo determinado o bien llegando a prohibir o limitar esta especulación. Un ejemplo podría ser un gobierno que para evitar la especulación en criptomonedas, limite la cantidad de estas que una persona pueda tener. Otro ejemplo podría ser en el caso de una buruja inmobiliaria, el cobro de una tasa adicional a la construcción de nuevas viviendas.
En cualquier caso, se pueden dar situaciones en las que la regulación no es suficiente, o no se quiera llevar a cabo por motivos políticos o económicos. En ese caso los bancos centrales pueden subir los tipos de interés. Unos tipos de interés más altos desincetivarán a la gente a endeudarse puesto que tendrán que pagar más intereses haciendo que la burbuja pueda no llegar al sin sentido en el que llegó en momentos como el crack del 29.