Hoy en Memorias de Pez volvemos a Israel para hablaros de la situación de su Primer Ministro: Benjamin Netanyahu, y sobre todo lo que esta situación puede influir no solo en su propio país, sino en el resto de países de Oriente Medio. Netanyahu es, quizás ahora, más peligroso que nunca. Eso sí, estamos seguros de que ninguno de vosotros querríais ser él en estos momentos, aunque, por supuesto, mejor ser él que cualquier persona al otro lado del muro en Gaza. Pero… ¿Qué es lo que está pasando por la cabeza del primer ministro israelí? ¿Qué hace que sea tan peligroso? Y… ¿Qué ha cambiado en los últimos días? Pues no os vayáis que os lo contamos ahora mismo.
Política internacional y conflicto en Oriente Medio
Para ello, tenemos que hacer un breve repaso de la política internacional y de los últimos acontecimientos en el avispero que hoy en día es el levante mediterráneo en Oriente Medio.
En cuanto al mundo, parece que durante el mes de marzo, la posición de los Estados Unidos —absoluto aliado israelí— respecto al conflicto palestino se ha endurecido mucho contra Israel. Esto en gran medida es debido a la estrategia electoral del actual presidente de los “states”, Joe Biden, que sabe que el apoyo incondicional a Israel es un tema muy sensible para el electorado más progresista que tanto necesita. Así, por primera vez, EE. UU. se ha abstenido de una votación del Consejo de Seguridad de la ONU que ha llevado a la primera resolución que aboga por el alto el fuego. Y amigos, aunque es verdad que «condenar enérgicamente» las cosas no parece tener mucho efecto en el mundo actual, y que la ONU parece bastante inútil a la hora de resolver los conflictos, todo esto ha puesto por primera vez a Israel en una situación de la que el máximo responsable es “Bibi Netanyahu”: Israel está solo frente al mundo.
Bombardeos y conflictos regionales
Si acercamos la lupa a la región donde nació Jesús, la cosa se pone aún más intensa en los últimos días. Al margen de los terribles bombardeos diarios en Gaza, que se llevan la vida de civiles hora tras hora, resulta que Israel asesinó a siete voluntarios de una ONG —World Central Kitchen— tras un bombardeo. Todo esto ocurrió mientras los voluntarios se dedicaban a la labor de entregar ayuda humanitaria.
Este ataque de Israel se ha producido tras su retirada del hospital Al Shifa, que acabó completamente destrozado. En resumen, el caos generado por Israel ha salpicado sangre ya incluso fuera de Palestina. Por supuesto, esto no ha pasado inadvertido en la comunidad internacional. Una comunidad que cada vez tiene más claro que las actuaciones de Israel pasan por prácticas genocidas. Y no lo decimos nosotros, sino un informe de la propia ONU redactado por la relatora Francesca Albanese. Desde que Estados Unidos le dio por primera vez la espalda a Netanyahu, las posiciones críticas se han multiplicado en los medios de comunicación, llegando desde medios que antes apoyaban a Israel.
Además de todo esto, Israel ha escalado sus ataques fuera de Gaza y bombardeado el consulado iraní de Damasco, llevándose por delante a tres comandantes de la Guardia Revolucionaria Iraní. Este ataque tiene un simbolismo muy grande: se ha producido justo antes del Día de Al Quds —las famosas brigadas iranís— en un evento que Irán instauró precisamente para apoyar a Palestina. Como no podía ser de otra forma, Irán y sus proxys en la región se han puesto alerta y han jurado venganza contra Israel, y ya de paso contra Estados Unidos por su apoyo a Tel Aviv.
Protestas y problemas internos
Por si fuera poco lío para el primer ministro israelí, resulta que las protestas contra Netanyahu han crecido enormemente en Israel. Miles y miles de manifestantes han salido a la calle para protestar por la situación y por la deriva política de Netanyahu. Gran parte de la población exige que el primer ministro dimita, y que se llegue a un acuerdo con Hamás para finalizar la guerra y liberar a los rehenes.
Luego además hay otro problema… Resulta que los judíos ultraortodoxos, que tenían un permiso legal que les eximía de hacer el servicio militar, se han puesto en jaque contra Netanyahu. ¿Y esto por qué? Pues porque resulta que esta exención de la que os hablamos ya ha expirado. Vamos, que Israel de repente tiene un contingente humano inesperado del que podría tirar para hacer su guerra. Pero claro, los ultraortodoxos no están nada de acuerdo con esto, y estos son precisamente los que sostienen el gobierno de Netanyahu. Por esto mismo, los partidos ultraortodoxos amenazan también con derribar a Netanyahu.
Estrategia de Netanyahu y la expansión del conflicto
El tío tiene enemigos por todos lados; izquierda y derecha, y dentro y fuera de su país. Pero, si es así, ¿qué narices hace este señor decidiendo atacar a los iraníes en estos momentos de inestabilidad política y con una guerra abierta? Pues, en gran medida, parece que está haciendo lo que se llama “morir matando”.
Y es que parece que ser estudiado como un genocida por la historia no le vale a este señor. Netanyahu quiere expandir el conflicto fuera de la Franja de Gaza. De esta forma, los ataques contra Irán en Siria y contra Hezbolá buscan asestarle un golpazo al eje de resistencia iraní y provocar al lobo en su misma guarida. Y esto sobre todo lo hace porque sabe que si el lobo —Irán— sale, a Estados Unidos no le queda otra que reaccionar. Así, mientras que con una mano quiere involucrar al Tío Sam en el conflicto, con la otra busca ganar tiempo y fortalecer su posición política, que ahora mismo está herida de muerte.
Presión internacional y reconocimiento de Palestina
Sin embargo, parece que no es consciente de lo importante que es la presión internacional en este conflicto.
En los últimos meses, el reconocimiento del Estado Palestino se ha convertido en un debate en todo el mundo de nuevo, y varios países que antes no lo hacían van a optar por reconocer a Palestina. El mismo presidente de España, Pedro Sánchez, ha anunciado que se reconocerá al país en el primer semestre de 2024.
Bibi tampoco parece ser consciente de que Estados Unidos no se casa con nadie y vela por sus propios intereses. Además, siempre hay alguien que “baila mejor”. Resulta que Israel no es el único aliado en la región a día de hoy. Las relaciones del Tío Sam con Riad cada vez son mejores y Washington busca un acuerdo con los Saudíes para presionar a Netanyahu a concluir la guerra. Los estadounidenses ya tienen buena experiencia de los resultados económicos que pueden obtener de un conflicto en el Medio Oriente y por mucho que Israel sea un aliado fundamental, nadie quiere otra crisis del petróleo.
Relación con Arabia Saudí y Emiratos Árabes
Así, es probable que Israel tenga que decidir entre mejorar su relación con Arabia Saudí —uno de sus objetivos— o perder el apoyo de los yankees. ¿Qué decidirá Netanyahu? Por su parte, Emiratos Árabes Unidos parece que quiere presionar aún más a Israel rompiendo relaciones diplomáticas entre ambos países.
Si la posición de Netanyahu es la de recrudecer el conflicto, es probable que el riesgo de una escalada de violencia en Oriente Próximo sea máximo. Desde luego, Irán y Estados Unidos no abogan por una guerra regional ahora mismo, pero ataques como los de la embajada iraní en Damasco, hacen que crezca la presión por parte de los nacionalistas iraníes para que su gobierno reaccione con contundencia. Pero hay otros tableros de juego, como el Líbano o Yemen, que podrían desempeñar un papel importante. Si esto es así, la presión por el reclutamiento de los ultraortodoxos crecerá y podría darse una situación de todo o nada: o más guerra con Bibi, o se produce la caída del primer ministro.