España no va como una moto, sino como un cohete. Esto es lo que dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en mayo de 2024, presumiendo del crecimiento de la economía española. Meses después, muchos periódicos internacionales se hacían eco de la buena marcha de la economía española. Reuters, The Guardian, Bloomberg o France 24 han alabado la evolución económica del país e, incluso, algunos datos macroeconómicos sitúan a España a la cabeza de la Unión Europea e, incluso, del mundo desarrollado. Pero ¿es esto cierto? ¿Va España realmente como un cohete? Y si es así, ¿a qué se debe este crecimiento? Pues todo eso es lo que vamos a ver hoy.

Para empezar, tenemos que saber que, cuando Pedro Sánchez habla de que la economía española va como un cohete, está hablando de su PIB, el cual creció un 3,5 % en 2024. ¿Y qué significa esto? Estamos acostumbrados a escucharlo muchas veces, pero ¿qué es exactamente el PIB? ¿Y cómo de bueno es que haya crecido un 3,5 %? ¿Es mucho o poco?
Las siglas PIB se refieren al Producto Interior Bruto, que es el valor total de todos los bienes y servicios finales producidos en un país durante un período determinado, que suele ser un año. Es una medida clave para evaluar la salud económica de un país. Para entenderlo de forma sencilla, imagina que tienes una pequeña ciudad con tres negocios: una panadería, una tienda de ropa y una cafetería. En un año, la panadería vende pan y pasteles por un total de 500.000 €, la tienda de ropa vende prendas por 700.000 €, y la cafetería vende café y alimentos por 300.000 €. Si sumamos todo lo que han generado estas empresas, el PIB de esa ciudad sería de 1,5 millones de euros. Este número se puede comparar con años anteriores para ver si ha crecido o disminuido. En el caso de España, se podría decir que la actividad económica ha crecido respecto al año anterior, pero este no es el único indicador clave de un país. Hay otros muy importantes, como el déficit o la deuda pública. ¿Y qué tal está yendo España en esos indicadores?
Déficit y deuda pública española

Si nos fijamos en el déficit, el Estado sigue gastando más de lo que ingresa, en concreto un 2,8 % del PIB, lo cual es una cantidad menor de lo que se esperaba. Esto ha hecho que la deuda pública aumente en términos absolutos, alcanzando los 1,621 billones de euros. Pero el dato no es del todo malo, ya que, como el PIB de España ha crecido más que la deuda, aunque esta siga aumentando, tiene un peso menor en el porcentaje sobre el PIB y se ha reducido del 125 % alcanzado en 2019 al 101,8 %.
Dicho de otra forma, España está generando más ingresos porque vende más productos y servicios, lo que sería el crecimiento del PIB. Pero parte de ese crecimiento se financia con préstamos, es decir, con deuda pública. Mientras el crecimiento económico sea mayor que la acumulación de deuda, el peso de esta se reduce, lo que puede hacerla más sostenible en el largo plazo.

Ahora que ya sabemos qué es el PIB, vamos a ver si ese 3,5 % de crecimiento de España es mucho o poco. Si comparamos a España con la zona euro, España gana por goleada, ya que la eurozona no ha llegado al 1 % de crecimiento en 2024. El PIB español creció por encima de países como Francia o Italia, que no alcanzaron el 1 % de crecimiento. El PIB español también creció por encima del de Estados Unidos, que se quedó en el 2,8 % de crecimiento, y muy por encima de la antigua locomotora europea, Alemania, cuyo PIB se ha contraído un 0,2 % en 2024.

Y es que, si comparamos el crecimiento de España y Alemania desde la crisis de 2008, el PIB de España ya ha crecido más que el de Alemania, y eso que el país germano contó con una recuperación mucho más rápida que la de España tras aquella crisis. La única economía europea que superó a España fue Lituania. Y todo esto, teniendo que hacer frente a la tragedia de la DANA, que según el Banco de España restó un 0,2 % al PIB. Además, se espera que este crecimiento de España se siga manteniendo por encima de la zona euro en los próximos años. Mientras que en los países de la eurozona se espera que crezcan un 0,9 % en 2025 y en 2026, el PIB español se prevé que siga aumentando un 2,7 % en 2025 y casi un 2 % en 2026.
¿Cómo está consiguiendo España este gran crecimiento?

Vale, ya tenemos claro que España crece más que el resto de Europa y que esto es una buena señal, porque significa que cada vez hay más actividad económica. Pero, ¿por qué? ¿Cómo está consiguiendo España este gran crecimiento?
El primer punto en el que tenemos que poner los ojos es, como podéis imaginar, el turismo. En 2024, España recibió unos 94 millones de turistas internacionales, un 12 % más que en 2019. Y no solo eso: el turismo aportó en 2024 un 6,5 % más que en 2023. Estamos hablando de más de 200.000 millones de euros al año para España, una auténtica barbaridad que explica el aumento del PIB español en un 26 %. O dicho de forma sencilla, una cuarta parte del 3,5 % de aumento del PIB en España se debe al turismo.
Además, si comparamos el sector turístico de España con el de países vecinos como Francia o Italia, nos encontramos con que en esos países la importancia —o, mejor dicho, la dependencia— del turismo en el PIB es menor. En Italia, el turismo aporta alrededor de un 10 % del PIB, y en Francia entre un 7 % y un 8 %. Todo este turismo, aunque es bueno para la economía de España, puede traer consigo bastantes problemas, como la dependencia excesiva del gasto extranjero, la masificación de algunas zonas o la vulnerabilidad ante cualquier evento o crisis global que haga disminuir el turismo.
Otro punto a destacar es el de la inmigración. Desde enero de 2022 hasta octubre de 2024, la población española se ha incrementado en 1,5 millones de personas. Este gran crecimiento poblacional no se debe tanto al aumento de la población española, que solo ha crecido en 230.000 personas, sino a los más de 1,2 millones de extranjeros que han llegado a España. Esto ha hecho que la población extranjera pase de representar el 11 % de la población española al 13,8 %. Muchos de ellos son latinos, lo cual ha facilitado su integración rápida gracias a compartir idioma y cultura, evitando algunas de las tensiones que se viven en otros países europeos.
Todo esto ha llevado a que la tasa de actividad de las personas de origen extranjero sea una de las más altas de la Unión Europea. Esto ha ayudado mucho a la creación de empleo y a la economía. El 40 % de los nuevos empleos creados entre 2022 y 2024 han sido ocupados por extranjeros, sobre todo en sectores como la hostelería, el comercio, la construcción o la agricultura. Esto hace que el crecimiento del PIB sea algo engañoso, ya que es lógico que si cada vez hay más gente trabajando, la actividad económica crezca, pero al final lo que quieren los españoles es que crezcan sus ingresos personales.

Esto lo podemos medir mejor con el PIB per cápita, que no es otra cosa que dividir el PIB total entre el número de habitantes. Y en esto, ¿cómo vamos? Pues España sigue teniendo buenos resultados, pero menos espectaculares. En 2024, el PIB per cápita creció un 2 % por encima de la media europea, pero por debajo de la inflación. Lo cual, aunque es positivo por el contexto y porque estamos yendo mejor que nuestros vecinos, hace que los españoles tengan algo menos de poder adquisitivo, aun con el espectacular aumento del PIB.
La parte más negativa del crecimiento del turismo y de la inmigración es que no ayudan nada a mejorar la crisis de la vivienda que sufre España. Por un lado, la mejora del sector turístico ha hecho que la rentabilidad de los alquileres vacacionales supere la de los arrendamientos tradicionales, provocando que muchos propietarios cambien el uso de sus viviendas. Esto ha hecho que baje la oferta de vivienda disponible para los residentes, elevando los precios de alquiler y de compra, especialmente en ciudades como Madrid, Barcelona o en localidades costeras. Por otro lado, si con la llegada de inmigrantes la población de España no deja de crecer, harán falta más viviendas para toda la gente que llega. Y si cada vez hay más demanda de pisos y casas, y la oferta no sube proporcionalmente, llegamos a la situación actual, con los alquileres y precios de la vivienda por las nubes.
Otro punto clave del que tenemos que hablar es el de la energía. España se convirtió en 2023 en el primer gran país europeo en generar más del 50 % de su electricidad con energías renovables, gracias al auge de la energía eólica y, sobre todo, de la fotovoltaica. Además de ser uno de los líderes de Europa en cuanto a energía renovable, tenemos que hablar también de las plantas de regasificación de gas natural licuado.

¿Y para qué sirven estas plantas? Las regasificadoras son instalaciones para convertir el gas natural en estado líquido de nuevo en gas natural en estado gaseoso. ¿Y por qué hace falta hacer esto? Pues porque el gas natural solo es viable transportarlo por mar en estado líquido, ya que así se reduce mucho su tamaño y ocupa menos espacio.
Los barcos de gas natural licuado (GNL) transportan este combustible desde países productores, como Estados Unidos, Qatar o Nigeria, hasta puertos de países consumidores, como España. Una vez que el GNL llega a puerto, se descarga y se envía a las plantas regasificadoras, donde se vuelve a convertir en gas para poder utilizarse en hogares, industrias o centrales eléctricas.
España es líder europeo en capacidad de regasificación, con seis plantas repartidas por todo el territorio. Esto ha hecho que, desde la invasión rusa de Ucrania, España se convierta en una pieza clave para la seguridad energética de Europa, ya que permite diversificar las fuentes de gas y depender menos del gas ruso. Gracias a todo esto, España ha podido mantener unos precios de la electricidad más bajos que otros países europeos, algo que ha favorecido también a la industria y a la competitividad de la economía española.
Conclusión
En definitiva, España está creciendo más que la mayoría de países de su entorno, gracias a sectores como el turismo, la energía o la llegada de inmigración que ha permitido aumentar la población activa y el empleo. Sin embargo, este crecimiento también conlleva retos importantes, como el aumento de la deuda pública, la crisis de la vivienda o el menor crecimiento del PIB per cápita en comparación con el aumento de población.
Así que, sí, España va como un cohete en términos de crecimiento económico. Pero como siempre, hay luces y sombras que conviene tener muy presentes.




