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Memorias de Pez » El wokismo: ¿qué es ser woke?

El wokismo: ¿qué es ser woke?

Por Paula Pérez Calvo
3 de junio de 2025 a las 10:40
en Historia
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El wokismo: ¿qué es ser woke?

No paramos de oír la palabra woke en todos lados: en los discursos de Trump, en la televisión, por redes… Y sabemos que para muchas personas es difícil de entender del todo. Pero no os preocupéis, porque hoy en Memorias de Pez, os lo vamos a intentar explicar de la manera más sencilla posible.

Significado de «woke»

Empecemos por lo básico, ¿qué significa “woke”? “Woke” es una palabra en inglés que literalmente quiere decir “despierto”. Pero no se refiere a despertarse por la mañana, sino a estar despierto ante las injusticias del mundo, especialmente el racismo. Si vamos a un diccionario, como el Oxford English Dictionary, ahí se dice que woke es “Aware of social and political issues, especially racism and inequality.” Que traducido al español es «alguien consciente de temas sociales y políticos, especialmente del racismo y la desigualdad». Es decir, ser woke era, en origen, algo positivo. Una actitud crítica, de personas que decían: “Esto no está bien, hay que cambiarlo”. Incluso la Real Academia Española se ha hecho eco del término y lo define como: “Dicho de una persona: que muestra una sensibilidad especial hacia las injusticias sociales, como el racismo o la desigualdad.”.

Historia del término

Aunque esta palabra ahora se ha hecho famosa en todo el mundo, “woke” empezó a usarse en Estados Unidos, dentro de la comunidad afroamericana. Hay registros de esta palabra ya en los años 30 del siglo XX, pero fue en los últimos años cuando se hizo realmente conocida, sobre todo a partir del movimiento Black Lives Matter. Sí, ese movimiento que comenzó tras la absolución en 2013 del policía que mató al joven afroamericano Trayvon Martin. 

En las redes, en los discursos y en las calles, mucha gente decía cosas como “Stay woke” (mantente despierto) para recordar a los demás que no hay que dormirse ante la injusticia. Entonces… ¿por qué ahora “woke» se usa como un insulto? Buena pregunta. Lo que pasó es que algunos sectores conservadores y ultraconservadores empezaron a usar “woke” como una burla. Empezaron a decir que ser woke era ser exagerado, pesado, incluso ridículo. Que todo ofende a los wokes. Que quieren censurar todo. Así, la palabra pasó de significar “estás despierto y eres consciente” a “estás exagerando y eres un aguafiestas”. Pero como veremos más adelante, eso no fue casualidad: hubo una estrategia detrás para desprestigiar a quienes quieren cambiar las cosas. Aquí aparece un término que también se ha hecho famoso: el antiwoke. ¿Qué significa? Pues no es solo estar en desacuerdo con algo concreto del activismo social. Ser antiwoke se ha convertido en una postura ideológica que rechaza muchas de las ideas que defienden los wokes: el feminismo, la diversidad, los derechos LGBTQ+, o incluso el simple hecho de cuestionar el racismo o la desigualdad estructural. Dicen que lo hacen para defender la libertad de expresión y oponerse a lo que llaman “censura woke”. Pero muchas veces lo que realmente están haciendo es ridiculizar o frenar cambios sociales que desafían el orden tradicional.

Volvamos al término woke y centrémonos en la evolución de la palabra para entender este giro. La gente que usaba esta palabra para referirse a sí mismos, no solo hablaban de racismo, sino también de sexismo, homofobia, discriminación por discapacidad, ambientalismo, y muchos otros problemas. Vamos que ser woke también significa estar en contra de los comentarios sexistas o apoyar los derechos de la comunidad LGBTQ+.

Las personas wokes empezaron a luchar por algo más allá de las pequeñas discusiones: querían un cambio en las normas sociales, en cómo tratamos a las minorías, cómo educamos y cómo nos comportamos en la vida cotidiana. Con el tiempo, aquellos que no estaban de acuerdo con las demandas de los distintos movimientos, o del “movimiento woke”, empezaron a llamarlo “wokismo” para referirse a supuestos excesos y exageraciones en el activismo social. El problema es que, aunque muchos de los críticos del wokismo se quejan de la censura, a menudo no abordan las injusticias que el movimiento intenta cambiar. Es decir, se enfocan en la forma en que el activismo se expresa, pero no en las desigualdades que el wokismo busca combatir. O dicho de otra forma. Los anti woke se quejan de las “quejas de la gente woke”, pero en ningún momento plantean respuestas claras para abordar problemas sus reales. 

Principales puntos de los «antiwoke»

  1. Limitación de la libertad de expresión: Los opositores al wokismo creen que este movimiento puede restringir la libertad de hablar abiertamente, al tratar de imponer un lenguaje y una forma de pensar específicos. Además, se acusa al wokismo de censurar cualquier opinión que no se alinee con sus normas.
  1. Exceso de corrección política: Los críticos argumentan que el wokismo va demasiado lejos al condenar bromas, chistes y expresiones que consideran ofensivas o discriminatorias. Esto, según ellos, crea un ambiente donde todo es sensible, y las personas se sienten incómodas al expresarse.
  • Lo curioso es que cuando otras bromas o chistes molestan a las personas “antiwokes”, estos mismos también buscan una respuesta o castigo contra esas bromas. 
  1. La idea de “cancelación”: El concepto de «cancelar» a aquellos que no siguen las reglas del wokismo es otro punto fuerte de crítica. Se percibe como una forma de rechazar a quienes tienen opiniones o creencias diferentes, lo que lleva a que se sientan silenciados. 
  2. Defensa del statu quo: Muchos opositores del “wokismo” defienden el sistema tradicional, argumentando que el activismo es demasiado radical. Sin embargo, no reconocen que el wokismo está tratando de cambiar precisamente las estructuras que han favorecido a las mayorías mientras han dejado de lado a las minorías. 

El ultraconservadurismo y los movimientos populistas y nacionalistas de derechas, han tenido un papel clave en la transformación del término “woke” en un concepto negativo. 

Uno de los ejemplos más claros es el presidente Donald Trump. En su discurso ante el Congreso el 4 de marzo de 2025 declaró que “Estados Unidos ha dejado de ser woke”, marcando una postura oficial contra estas ideas. Desde entonces, ha impulsado medidas como la eliminación de programas de diversidad e inclusión en instituciones públicas, la retirada del reconocimiento federal a las personas transgénero, y ha amenazado con cortar fondos a escuelas que mantengan políticas DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión). No es el único: otros líderes republicanos han seguido su ejemplo, aprobando leyes similares en distintos estados. Este rechazo frontal no solo se basa en las críticas al wokismo que ya mencionamos, sino en una incomodidad más profunda: que los grupos históricamente marginados están comenzando a tener voz, a ocupar espacios, y a exigir cambios reales. Para ciertos sectores conservadores, esto representa una amenaza directa al orden establecido, al llamado «statu quo». Así, al tachar al wokismo de exagerado o radical, lo que se defiende en el fondo es la continuidad de un sistema que ha privilegiado a determinados grupos durante generaciones. El peligro de este discurso no es solo que desacredita el activismo social, sino que minimiza temas fundamentales como el racismo, el machismo o la homofobia. 

El movimiento woke, nacido con la intención legítima de denunciar injusticias sociales y promover la inclusión, ha degenerado en muchos casos en una especie de censura moral inquisitorial que premia la corrección superficial por encima del debate profundo. Se ha vuelto terreno fértil para el victimismo competitivo, donde lo importante no es construir sino señalar, cancelar y reescribir el mundo a golpe de susceptibilidad. Esta deriva no solo genera rechazo entre quienes podrían haber sido aliados, sino que también trivializa causas serias al convertirlas en modas de Twitter y etiquetas sin contexto.

Y vosotros, ¿qué pensáis?

Etiqueta antiwokecensurawoke
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