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Memorias de Pez

¿Por qué China es tan rica?

noviembre 17, 2021

Hoy en Memorias de Pez hablamos de un país del que nadie duda ya, va a convertirse -si es que no lo es ya- en el país más poderoso del mundo. Un país en el que hace unas pocas décadas sufría hambrunas, pero que en los últimos 30 años ha ido desarrollándose a pasos agigantados, llevando a cabo un crecimiento económico sin precedentes en el mundo. Y es que jamás un territorio tan grande y con tanta población había crecido tanto en tan poco tiempo. Cómo ya habréis adivinado estamos hablando de China. ¿Por qué ha conseguido el gigante asiático a ser tan poderoso? ¿Cómo han pasado de morirse de hambre a dominar la economía mundial? ¿Tienen aún espacio para crecer aún más?¿Sucumbirá Estados Unidos ante China? Pues poneros cómodos, que empezamos.

¿Por qué CHINA es una SUPERPOTENCIA? El AUGE económico de CHINA resumido en 10 minutos

Índice

La Gran Hambruna China tras la guerra civil

1927. Ese es el año en el que la historia de China cambió para siempre. En 1927 empezó la guerra civil que enfrentó a la China Comunista contra la China Nacionalista. El conflicto duró más de dos décadas porque por medio, el país asiático sufrió la invasión de sus vecinos japoneses a los que acabaron derrotando. La Guerra Civil no terminó hasta 1949, año en el que la China Comunista derrota a la China Nacionalista y controla toda la China continental. Los nacionalistas, partidarios de un sistema capitalista, se tuvieron que conformar con quedarse con Taiwán.

Niños en las afueras de Shanghai esperan por una porción de vegetales desecados en junio de 1961 / Fotografía de Shikashige Haraikawa, Yomiuri Shimbun - AP
Niños en las afueras de Shanghai esperan por una porción de vegetales desecados en junio de 1961 / Fotografía de Shikashige Haraikawa, Yomiuri Shimbun – AP

Con la victoria, los comunistas liderados por Mao Zedong fundaron la República Popular de China, heredando un país devastado por la guerra y en la que la industrialización había sido un sueño que nunca se había podido llegar a cumplir. Las políticas que Mao comenzó a llevar a cabo fueron un tremendo y absoluto fracaso. Tanto es así que a finales de los 50 y principios de los 60, sufrió la llamada Gran Hambruna China, considerada la hambruna más mortal y uno de los mayores desastres provocados por el hombre en la historia humana.

Los muertos provocados por este terrible suceso oscilan entre los 15 millones y los 55 millones de personas. Ya hablaremos en otro vídeo de esto, porque el tema tiene mucha tela que cortar. Pero todo se resume en que, gran parte de las causas que hay tras estas hambrunas, fueron provocadas por las políticas económicas del régimen de Mao Zedong.

La muerte de Mao Zedong

Tras la muerte de Zedong en 1976, China necesitaba un cambio de rumbo. Y es que mientras que en China la gente se moría de hambre, en Occidente las cosas no podían ir mejor. La economía de Europa y Estados Unidos iba a toda mecha, y el ahora gigante asiático se había quedado muy pero que muy atrás. 

Retrato oficial de Mao Zedong
Retrato oficial de Mao Zedong

El auge de China ocurre en 1978, con la llegada al poder Deng Xiaoping. Este era un poco más abierto de mente que Mao. Y sí, creía que su país debía experimentar con eso del capitalismo, siempre desde un férreo control estatal. Con sus apenas 1,52 metros de altura, Deng Xiapoing puso en marcha un importantísimo programa de reformas económicas. Su objetivo era liberalizar la economía e industrializar el país abandonando muchas de las clásicas doctrinas comunistas que Mao Zedong había puesto en marcha.

Los 3 principios innegociables de Deng Xiaoping

La estatua de Deng Xiaoping en la cima del Parque Lianhuashan en Shenzhen, China
La estatua de Deng Xiaoping en la cima del Parque Lianhuashan en Shenzhen, China
  1. La progresiva privatización de la economía
  2. El fomento de la competitividad en todos los mercados
  3. La apertura de China a la inversión y mercados extranjeros mediante el comercio

China eligió Shenzhen, un pueblo de pescadores en la frontera con Hong Kong como su conejillo de indias y permitió allí a empresas nacionales y extranjeras operar en un contexto de libre-mercado casi total, en lo que el gobierno llamó una zona económica especial. Los resultados hablan por sí solos. El pueblo de pescadores de 30.000 habitantes cuya renta media no supera el dólar por año, se ha convertido en una ciudad inmensa y ultramoderna en la que viven más de 10 millones de personas con una renta media anual de 30.000 dólares. Así que, el gobierno chino pensó: ¿Y si replicamos este modelo en ciudades de todo China? Pues dicho y hecho. 

China comenzó a crear zonas económicas especiales por todo el país, llegando a popularizar el dicho, “un país, dos sistemas”. De esta manera, China consiguió crear una potente red de fábricas que destacaban por ser capaces de producir a precios ultra-bajos. Esto hizo que muchas empresas de todo el mundo comenzaran a producir en China todo tipo de productos, por la simple razón de que allí era más barato. De esta manera, China se convirtió en una gran potencia exportadora y se la empezó a conocer como la fábrica del mundo. El gigante asiático había despertado y ya nadie lo iba a poder parar.

Mapa de zonas económicas especiales de China
Mapa de zonas económicas especiales de China

Los resultados de las políticas de Deng Xiapoin fueron tan espectaculares que 600 millones de ciudadanos chinos salieron de la extrema pobreza. Y es que, desde hace 40 años, la economía china ha crecido de media a un ritmo anual del 9,5%, una auténtica locura si lo comparamos con Estados Unidos o la propia Unión Europea.

El legado de Deng Xiaoping en China

Deng Xiaoping dejó de ser el líder supremo de China en 1989. Sin embargo, había dejado en sus sucesores la semilla que había plantado en sus cabezas. El cambio de mentalidad de los líderes y de la sociedad China ya había sido efectuado y lo único que hacía falta era optimizar el modelo. Y eso fue lo que hicieron los dos líderes supremos que siguieron a Deng Xiaoping: Jiang Zemin y Hu Jintao. Con este último el PIB de China superó al de potencias europeas como Reino Unido, Francia o Italia, y las reservas de divisas extranjeras que  poseía China se convirtieron en las mayores reservas de divisas extranjeras mundiales.

Pero lo más importante que dejó Hu Jintao fue la idea de una nueva vuelta de tuerca al sistema chino. A medida que China crecía y la renta per cápita aumentaba, las fábricas chinas se iban haciendo menos competitivas. Esto es lógico, ya que el crecimiento de la economía convirtió a millones de chinos en clase media. De repente, era más barato para una empresa extranjera fabricar en países como Bangladesh o la India que en la propia China.

El líder Hu Jintao vio que el desarrollo chino pasaba por llevar a cabo un desarrollo científico y tecnológico. El encargado de llevar a cabo esta nueva misión no fue él, sino su sucesor y actual líder supremo de China, Xi Jinpin. Este llegó al poder en 2012, declarando que sus políticas iban encaminadas en tres direcciones. Fortalecer la nación, elevar el nivel de vida de la población y acabar con la corrupción.

La campaña de anticorrupción de Xi Jinpin / AFP
La campaña de anticorrupción de Xi Jinpin / AFP

Acabar con la corrupción fue importantísimo porque en un estado tan fuerte y tan grande, amenazaba con sacudir los cimientos de la nueva China. Con Xi Jiping en  el poder se llegó a procesar a más de 200.000 cargos públicos. Esto ha hecho muy popular la figura de Xi Jinping, que se ha ganado la confianza de las clases bajas y medias de la China rural menos desarrollada.

La China de Xi Jinping

Con Xi Jinping, el país ha continuado creciendo a un ritmo vertiginoso, algo increíble dado el tamaño tan considerable que tiene ya su economía. Sin embargo, Xi Jinping está cambiando la estructura de la economía china empezando a basar su crecimiento en tres pilares fundamentales:

La demanda interna

El propio mercado Chino que, empoderado y con una capacidad adquisitiva mucho mayor que la que tenía antaño, resulta ser una oportunidad de oro para las empresas del gigante asiático. De una industria focalizada en la exportación de productos manufacturados de bajo coste y calidad dudosa, a la producción de bienes de alto valor añadido. 

Y es que la industria China es a día de hoy puntera en diversos sectores tecnológicos e industrias estratégicas. Hablamos de industrias tan importantes como la tecnológica, la robótica, la farmaceútica, o incluso la mismísima industria de defensa.

La apuesta por el comercio

En 2016 el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump cargó contra las prácticas comerciales de China y anunció que Estados Unidos impondría nuevos aranceles contra algunos productos chinos desatando una guerra comercial entre ambos países. Esto hizo que China acelerase una estrategia que llevaba implantando desde el ascenso al poder de Xi Jinping. El desarrollo y expansión de sus redes comerciales entre las que destaca la Nueva Ruta de la Seda y la Nueva Ruta de la Seda Marítima. La primera es una ruta ferroviaria que conectará en tiempo récord China con Oriente Medio, Rusia y Europa. Y la Nueva Ruta de la Seda Marítima es una red de puertos que conecta a China con el resto de Asia, África y Europa.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China
La guerra comercial entre Estados Unidos y China

China lleva muchos años invirtiendo en infraestructuras estratégicas de muchos países en Europa, Latinoamérica, Asia y sobre todo en África. Hablamos de una inmensa red de oleoductos, gasoductos, líneas de ferrocarril y puertos marítimos con el fin de desarrollar sus rutas comerciales y no tener tanta dependencia del comercio con su enemigo por el trono mundial, Estados Unidos. Para tan magno proyecto China va a destinar entre 4 y 8 billones de dólares. Hablamos de billones europeos, es decir trillones de dólares americanos. Esto ha provocado que a día de hoy, muchas de las mayores constructoras del mundo sean chinas.

Con todo esto parece que China se va a comer el mundo. Y sí, seguramente sea así. Es casi inevitable que se convierta en la próxima gran potencia mundial. De hecho, su gestión de la situación sanitaria en 2020 la ha acercado mucho a esta posición. Sin embargo, la trayectoria de China no está exenta de riesgos, ya que tiene varios retos por delante con los que tendrá que lidiar.

Los principales problemas de la economía China

Hablamos de crisis económicas. Una posible burbuja inmobiliaria dentro del país o el envejecimiento de la población. En 2015, el país ya se vio obligado a abandonar la política de hijo único, vigente durante décadas. Manteniendo, sin embargo, un límite de dos hijos por pareja. Una población tan grande de 1.400 millones de personas –de cada 5 personas en el mundo 1 es china es un arma de doble filo. La fuerza demográfica ha hecho que China sea el gran candidato a ser la mayor potencia mundial en los próximos años. Pero, si se cumple la misma tendencia que en el resto de países desarrollados mantener a tantísimos millones de ancianos será un reto para el gobierno. La tasa de natalidad decrece, la esperanza de vida aumenta y la población envejece.

Además, tendrá que lidiar con otro gran problema de su país y que le ha permitido tener una ventaja competitiva en muchas industrias. Hablamos de los altos niveles de contaminación que tiene el gigante asiático. Si alguno ha ido a China, sabrá de buena mano de lo que hablo. Ciudades completamente cubiertas por una niebla de contaminación y un aire al que el resto de mortales no estamos acostumbrados, son su tarjeta de presentación. Para que os hagáis una idea, en 2019, China emitió más gases contaminantes a la atmósfera que el resto de países juntos. También es la única gran economía que sigue apostando por el carbón como fuente de energía principal para generar electricidad. Mientras, el resto de países desarrollados están reduciendo el uso de carbón a pasos agigantados.

Central eléctrica de carbón detrás de una fábrica en la ciudad de Baotou, en la región autónoma china de Mongolia Interior (China) / REUTERS
Central eléctrica de carbón detrás de una fábrica en la ciudad de Baotou, en la región autónoma china de Mongolia Interior (China) / REUTERS

Por último, otra de las grandes controversias que sufrirá el país asiático en los próximos tiempos, será el aumento de su gasto militar. Tiene muchas tensiones geopolíticas con sus vecinos. Países tan importantes como Australia, Japón o la India, por no hablar del conflicto con Taiwán o las crecientes tensiones con EEUU. Si China quiere realizar la expansión comercial con garantías y convertirse en el actor hegemónico a nivel mundial, tendrá que aumentar su gasto militar y su capacidad de disensión. O, al menos, equilibrar su poderío militar con el del mismísimo Estados Unidos. Pero a día de hoy, ambas potencias están muy pero que muy lejos y EEUU se encuentra muy por delante de China en ese aspecto.