China e India están llamadas a ser las dos superpotencias mundiales de la segunda mitad del siglo XXI, con el permiso siempre del todopoderoso Estados Unidos. La fuerza demográfica de ambos países, que son los dos más poblados del mundo, a mucha distancia del tercero, y el ritmo al que la economía de ambos crece, van a hacer de los dos gigantes asiáticos, dos auténticos mastodontes económicos y militares.
Economía de China e India
Según el Fondo Monetario Internacional, China ya ha superado a Estados Unidos en PIB a valores de paridad de poder adquisitivo, es decir, que teniendo en cuenta los precios de cada país, la economía de China ya es mayor a la de Estados Unidos. Si solo tenemos en cuenta el PIB nominal, vamos, el que se utiliza en los medios de comunicación, China se encuentra en segunda posición pero acercándose cada vez más a los norteamericanos.
En el caso de India, el país ya es el tercero si hablamos de PIB en paridad de poder adquisitivo y la sexta economía del mundo en PIB nominal, justo por delante de Francia y pisándole los talones a Reino Unido, su antigua metrópoli.
Relación tensa entre China e India
Sin embargo, la relación entre China e India digamos que… dista mucho de ser una buena relación, y esto ocurre prácticamente desde que India se independizase en 1947. De hecho, ambos países llegaron a estar en guerra durante varios meses en 1962. Pero, ¿cómo llegaron ambos países a esa situación?
Todo comenzó en 1949, cuando China anunció que quería ocupar el Tíbet. India protestó por la actitud china con una tímida carta, mientras al otro lado, a 4.900 metros de altitud, el ejército de la recién creada República Popular China desplegaba a sus tropas en la frontera de los territorios de Aksai Chin, que se encuentran en la región de Cachemira.
India, bastante tenía con lo suyo y no quería tener conflictos, por lo que acordó los 5 principios de coexistencia pacífica, donde reconoció la dominancia China sobre el Tíbet. Pero algo salió mal. Siete años después, los mapas chinos daban como chinos, 120.000 kilómetros cuadrados extras que, según India, eran territorio indio.
La tensión en la zona fue aumentando poco a poco hasta que hubo una gota que colmó el vaso. En 1959 se produjo una rebelión en el Tíbet contra el dominio chino. Desde un primer momento, el gobierno de Mao Zedong acusó al gobierno de India de estar detrás de este levantamiento. El enfado en Beijín fue mayor cuando India decidió dar asilo al Dalái Lama, el líder espiritual tibetano. Ambos países, temiéndose lo peor, comenzaron a reforzar la frontera entre China e India, que por entonces era la línea McMahon, una línea de más de 800 kilómetros que, según antiguos tratados, era la frontera efectiva entre ambos países. No obstante, China no estaba de acuerdo con los términos de ese acuerdo.
Así que, por sorpresa, China reaccionó a los movimientos de tropas indias que andaban montando puestos incluso al norte de la línea McMahon, y atacó a la India, dando comienzo a las hostilidades, algo que pilló al alto mando indio por sorpresa. Así, China invadió la frontera de Ladakh al este del Tíbet y la línea McMahon.
El avance chino provocó el pánico en el gobierno indio, que incluso pidió ayuda a Estados Unidos. Finalmente, temeroso de empezar una guerra a gran escala, Mao Zedong proclamó un alto al fuego unilateral el 20 de noviembre de 1962. Esta humillación militar por parte de China aún está muy presente en la India, y el conflicto fronterizo está más vivo que nunca. Ambos países se apresuran a construir infraestructuras en la zona ante la posibilidad de un futuro conflicto, y desde hace años, las escaramuzas en la zona entre ambos ejércitos son constantes. El odio entre ambos es mitigado por ambos gobiernos, que mantienen una relación diplomática en la sombra, y según la cual ambos permiten a sus ejércitos atacar al otro sin utilizar fuego real. Es decir, qué chinos e indios se pegan en la frontera a base de puñetazos, pedradas y palos. El clímax de estos enfrentamientos se produjo en 2020, cuando unos incidentes produjeron decenas de muertos en ambos bandos. Pero el desencuentro de ambos países no es solo físico.
La nueva Ruta de la Seda y el Collar de Perlas chino
China está tratando de aislar económica y militarmente a la India con su macroproyecto de la nueva Ruta de la Seda. Este proyecto consiste en crear una gran ruta comercial terrestre y marina que incluye millonarios proyectos en países como Pakistán, Sri Lanka, Bangladesh, las Maldivas o Djibouti. Estos proyectos consisten en crear una red de grandes infraestructuras como refinerías, trenes de gran velocidad, gasoductos, puertos o incluso bases militares. Esta red de infraestructuras se conoce como el collar de perlas chino.
Os pongo algún ejemplo. China está construyendo una estratégica línea férrea que une la ciudad de Yiwu con Londres y que recorre unos 12.000 kilómetros en 18 días de viaje por nueve países, una construcción monumental que tiene como objetivo situar a China como la referencia comercial del continente a muy largo plazo. Lo mismo ocurre con los puertos gigantes que China ha construido en Sri Lanka, Pakistán o las instalaciones portuarias que el gigante asiático ha comprado en el puerto de Chittagong en Bangladesh. Desde todos estos lugares, China puede monitorear los movimientos indios e incluso mantener una fuerza militar en caso de conflicto. Mientras, la India observa preocupada cómo está siendo rodeada. El objetivo de todo esto es claro. China necesita asegurar el suministro de recursos y energía, mantener sus rutas comerciales y desarrollar, como ya hemos visto, la Ruta de la Seda, con la cual China pretende desafiar el dominio occidental en los mercados internacionales.
Estrategia de India en el Océano Índico
La clave está en el océano Índico, una región compartida por 28 países, que baña las costas de 3 continentes y que cubre el 17% del territorio de la tierra. El Índico es la casa del 35% de la población mundial, con 2.5 billones de habitantes y son las economías que más rápido crecen en el mundo. El océano Índico conecta las economías internacionales en el Atlántico Norte y en el Pacífico de Asia.
En torno a esta región se ha creado la Cooperación Regional del Océano Índico, una organización que engloba 21 Estados miembros entre los que se encuentran la propia India y países como Australia, Indonesia, Kenia, Omán, Singapur, Sudáfrica o Tailandia, entre otros. El objetivo de esta organización es fomentar el comercio y la inversión entre los países miembros.
Además, en el plano militar, la India no está sola. Para hacer frente a China, se ha creado el Quad, una alianza formada por India, Australia, Japón y Estados Unidos. Además, hay más países en la zona que le tienen ganas a los chinos, como puede ser el caso de Corea del Sur, Singapur o Taiwán, con quien China mantiene un conflicto abierto.
Puntos estratégicos claves
El Estrecho de Ormuz en el Golfo Árabe-Pérsico es vital, ya que por él transita el 20% del crudo mundial. Cada día, 17 millones de barriles pasan por este estrecho. China tiene presencia en la zona a través del gran puerto de Gwadar en Pakistán. Sin embargo, India ha contrarrestado este movimiento estableciendo una alianza con Irán, teórico aliado chino, y ha ayudado a construir el puerto de Chabahar, a tan solo 72 km de Gwadar. También, India se ha hecho con el puerto de Duqm en Omán, desde donde puede tener presencia tanto en el Estrecho de Ormuz como en el Estrecho de Bab el-Mandeb.
El Estrecho de Bab el-Mandeb es el más peligroso de los tres puntos estratégicos, ya que está en una zona inestable con Somalia y Yemen en sus lados. Este estrecho da acceso al Mar Rojo y conecta el Índico con el Mar Mediterráneo a través del Canal de Suez. China ha establecido su primera base militar fuera de China en Djibouti, cerca de este estrecho.
El último de los tres puntos estratégicos es el Estrecho de Malaca, que separa la costa occidental de la península Malaya y la isla indonesia de Sumatra. Este estrecho es vital para el comercio de China con Occidente, y por él transcurren diariamente 15 millones de barriles de petróleo. En este escenario, China tiene a Myanmar en el bolsillo, mientras que Indonesia se perfila como el principal aliado indio en la zona. Además, India cuenta con las Islas Andamán y Nicobar, desde las que puede bloquear fácilmente el estrecho.
Futuro de la competencia entre China e India
La carrera por controlar el Índico ha comenzado. China tratará de aprovechar la ventaja que su economía lleva a la economía india, mientras que India tratará de crecer lo más rápido posible y atraer a su esfera el mayor número posible de aliados potenciales. Para ello, India está ganándose el favor de Occidente mientras depende económica y geoestratégicamente de países como Rusia o Irán. No será raro ver a India actuando de manera similar a Turquía, dando a Estados Unidos una de cal y otra de arena.