Crimea, un nombre que hemos oído cientos de veces en los últimos meses desde que estallara la guerra entre Rusia y Ucrania. Crimea es un territorio clave para ambos países, ya que es una zona tremendamente estratégica. Por ello, Rusia no parece dispuesta a renunciar a ella, mientras que el gobierno ucraniano ha prometido retomarla. Sin embargo, ¿Por qué Crimea es tan importante? ¿Cuál es su historia? ¿A quién debería pertenecer? Pues pónganse cómodos y cómodas que en seguida lo vamos a ver.


Historia de Crimea
Crimea es una península que se encuentra en el norte del Mar Negro y al este del Mar de Azov. La península se encuentra conectada por tierra con el sur de Ucrania, hoy ocupada por tropas rusas, mientras que un estrecho, el Estrecho de Kerch, la separa de la región rusa de Krasnodar. Un estrecho que desde 2018 es atravesado por un puente, el Puente de Kerch también conocido como el Puente de Crimea, que por primera vez ha conectado por carretera y ferrocarril a Crimea con Rusia. Pero después iremos con las implicaciones estratégicas de todo esto. Antes, vamos a ver cuál es la historia de Crimea.
Como importante lugar estratégico, Crimea ha estado habitada por un montón de civilizaciones como griegos, romanos, bizantinos, hunos, godos, venecianos, genoveses y un montón de pueblos más. También fue adquirida por el Rus de Kiev, pero finalmente tomada por los mongoles de Gengis Khan. Después en la zona se estableció el Kanato de Crimea para finalmente caer en manos otomanas. Pero para comenzar esta historia es importante irnos a 1783, cuando el Imperio Ruso de Catalina la Grande derrota al Imperio Otomano y el Imperio Ruso se anexa Crimea.
Entre 1853 y 1856 los otomanos pidieron ayuda a Francia y Reino Unido para retomar Crimea y se libró la famosa Guerra de Crimea, en la que Rusia solo contó con el apoyo de Grecia. Pero ¿Qué pintaban ahí Francia y Gran Bretaña? Bueno, pues ambos temían que Rusia continuara expandiéndose y se hiciera demasiado fuerte. Además, los franceses aún tenían muy presente la derrota ante Rusia durante las Guerras Napoleónicas. A su vez, los británicos temían que una Rusia demasiado fuerte pudiese incluso hacerse con las posesiones británicas de la India. En la guerra se aplicaron algunas tecnologías modernas como el barco de vapor, los telégrafos o incluso la fotografía. Por ello, muchos hablan de la Guerra de Crimea como la primera guerra moderna.
A pesar de todo, la guerra fue una auténtica carnicería en la que los brotes de cólera crecieron como la espuma y en la que murieron 700.000 personas. Y como en toda guerra de desgaste, los rusos pusieron toda la carne en el asador y finalmente se impusieron a base de sufrir más y más bajas, así que finalmente, Crimea permaneció en manos del Imperio Ruso.
Más tarde, en 1917, Crimea también fue escenario de duros combates durante la Guerra Civil Rusa. Por un lado, los Tártaros de Crimea, que en un principio eran la etnia mayoritaria de Crimea, pero que poco a poco fueron reemplazados por rusos, proclamaron la República Popular de Crimea. Sin embargo, los bolcheviques y su Ejército Rojo acabaron tomando las principales ciudades y derrocaron a este gobierno.

Pero eso no era todo, el ejército blanco zarista también quería recuperar la zona y para ello contó con la ayuda del Imperio Alemán, que por entonces seguía combatiendo en la Primera Guerra Mundial, y con los nacionalistas ucranianos, que luchaban por tener una Ucrania independiente. Tras un constante toma y daca entre rojos y blancos, los bolcheviques se hicieron finalmente con Crimea, fundando la República Autónoma Socialista Soviética de Crimea.
La Segunda Guerra Mundial y Stalin
En 1942 Crimea fue tomada por Alemania en el marco de la Segunda Guerra Mundial y reconquistada por la Unión Soviética en 1944. Tanto en la Guerra de Crimea como durante la Segunda Guerra Mundial, la zona quedó como un solar, con gran parte de las infraestructuras y de las principales ciudades destruidas. Además, tras la Segunda Guerra Mundial, Stalin deportó a Siberia a más de 200.000 tártaros a los que acusó de colaborar con los alemanes. Lo mismo ocurrió con otras minorías étnicas como griegos o armenios.
Otro movimiento de Stalin fue abolir la República Socialista Autónoma de Crimea para que esta pasase a ser parte de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, siempre por supuesto dentro de la propia Unión Soviética. Pero cuando murió Stalin, y ya con Nikita Jrushchov en el poder, la República Socialista Federativa Soviética de Rusia pidió que Crimea fuera traspasada a la República Socialista Soviética de Ucrania, ya que la RSFS de Rusia no tenía acceso terrestre a Crimea y esta era abastecida de agua, electricidad y suministros desde Ucrania. Por ello, que Crimea fuese parte de la República Socialista Soviética de Ucrania, simplificaba las cosas a nivel contable y burocrático.
La era soviética y la reconstrucción
De esta forma, la Unión Soviética realizaba un gesto simbólico para reconciliar de una vez por todas a ucranianos y rusos, rivales desde hacía décadas. Además, a la Unión Soviética le daba igual esta transferencia porque, al fin y al cabo, la Unión Soviética lo era todo y dentro de la Unión Soviética mandaban los rusos.
Al principio, todo fueron buenas noticias para Crimea. Su integración con la RSS de Ucrania fue todo un éxito. Crimea se reconstruyó y se comenzaron a construir infraestructuras claves para el desarrollo de la región. De hecho, la flota soviética del Mar Negro renovó y amplió su base en Sebastopol, operativa desde el siglo XVIII, para aumentar su influencia en el Mediterráneo a través del Mar Negro. Y así es como, poco a poco, Crimea comenzó a desarrollarse económicamente y a desarrollar su industria. También, la costa de Crimea se convirtió en un lugar de descanso y turismo para ciudadanos venidos de todas las partes de la Unión Soviética, ya que acordaros que Rusia apenas tiene puertos en aguas templadas.
Pero el idilio terminó cuando Ucrania se independizó durante el colapso de la Unión Soviética en agosto de 1991. Fue entonces cuando Ucrania declaró la independencia de todo el territorio bajo el control de la República Socialista Soviética de Ucrania, y eso incluía Crimea. De esta manera, Rusia se quedó sin su más preciada joya del Mar Negro, y la situación de la flota rusa en el Mar Negro quedó mucho más comprometida. Desde el principio quedó patente que los ciudadanos de Crimea eran algo diferentes a los de Ucrania en tres dimensiones:
- Etnia rusa: Al contrario que en el resto de Ucrania, en Crimea los ciudadanos de etnia rusa son mayoría.
- Idioma: Los rusoparlantes también tienen una mayoría aplastante en la región con respecto a los ucraniohablantes.
- Resultados electorales: Los resultados de las elecciones, tanto regionales como nacionales en Crimea, siempre han sido considerablemente diferentes que en el resto de Ucrania, a favor de candidatos más cercanos a Rusia.
La crisis de 2014 y la anexión rusa
En este contexto llegamos a 2014, cuando Yanukovich tiene que huir del país tras el levantamiento del Euromaidán. Un levantamiento de los sectores nacionalistas ucranianos que pedían que Yanukovich cumpliese sus promesas electorales y firmase un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
Por tanto, con esta revolución, de la noche a la mañana, Rusia perdía toda su influencia en Ucrania, así que el Kremlin ideó un plan: organizar su propia contrarrevolución en las zonas más prorrusas de Ucrania. Y… ¿Cuál era la zona más prorusa de Ucrania? Exacto. Crimea.

De esta manera, en 2014, Rusia mete tropas regulares y al Grupo Wagner sin identificaciones y toma los principales edificios y puntos estratégicos de Crimea. El ejército ucraniano tiene que huir y se organiza un referéndum sin ninguna garantía democrática en el que se decide si Crimea debe anexarse a Rusia o no. El sí a la anexión gana con el 97% de los votos y de facto Crimea se convierte en rusa de nuevo, aunque ningún país reconoce esta anexión.
Razones estratégicas para el control de Crimea
Desde entonces, de facto Crimea ha sido rusa, pero Ucrania ha visto en la nueva guerra una oportunidad para poder recuperarla. Veremos si los ucranianos lo consiguen o no, pero, ¿Qué razones hay detrás de esto?
- Orgullo nacional: Ambas partes creen tener derecho sobre el territorio y, para los sectores más nacionalistas de ambos países, el control de Crimea es un asunto clave para su dignidad como país.
- Base naval de Sebastopol: El puerto de la base naval de Sebastopol es clave para el control del Mar Negro. Desde allí, la flota rusa puede bloquear con facilidad la costa ucraniana del Mar Negro, incluido el Puerto de Odessa. Además, es una de las pocas bases militares que Rusia tiene en aguas templadas.
- Aguas territoriales: Poseer la costa de Crimea da derecho a tener aguas territoriales en el Mar Negro, y no hablamos precisamente de poca extensión.
- Recursos comerciales: Para Rusia, poseer Crimea significa tener prácticamente asegurada la salida de sus recursos comerciales y sobre todo energéticos a través del Mediterráneo.
- Control del Estrecho de Kerch: Poseer Crimea significa controlar completamente el estrecho desde Kerch, lo que en la práctica significa controlar totalmente el Mar de Azov.
- Tierras fértiles: Crimea tiene una gran cantidad de tierras fértiles con una fácil salida al mercado internacional. Hasta un 60% de la economía de Crimea descansa sobre la agricultura.
- Destino turístico: Tanto rusos como ucranianos ven en Crimea un gran destino turístico y una mina de oro capaz de atraer a visitantes de todo el mundo.
La importancia de Crimea va más allá de su localización geográfica. Su valor estratégico, económico y simbólico hace que tanto Rusia como Ucrania la consideren vital para sus intereses. La historia de Crimea está llena de conflictos, conquistas y cambios de poder, y su futuro sigue siendo incierto en medio de la actual guerra entre Rusia y Ucrania.