Hoy en Memorias de Pez hablamos de la dictadura franquista. Nos vamos al 1939 después de la victoria de Franco en la guerra civil española. Sobre el desarrollo de esta y sobre la II República tenéis colgados en la web y en el canal de YouTube un resumen.
España en la II Guerra Mundial
Después de que acabara la Guerra Civil, estalló la Segunda Guerra Mundial. Franco llegó a entrevistarse con Hitler para una hipotética entrada de España en la guerra, pero finalmente esta no se llevó a cabo.
España adoptó entonces una postura de no beligerancia en el conflicto, aunque colaboró activamente con la Alemania de Hitler, sobre todo en su lucha contra la Unión Soviética. De hecho, España llegó a enviar a la división azul a luchar al frente ruso con el ejército alemán como pago por la ayuda alemana prestada en la Guerra Civil.
Alemania empezó a perder la guerra y Franco cambió su posicionamiento a neutral. Aunque realmente la cosa era más o menos de la siguiente manera: en la lucha de la Alemania nazi contra la URSS, Franco era pro Alemania. En la lucha de Alemania contra EE. UU., Reino Unido y el resto de aliados, Franco era neutral. Y en la lucha de los aliados contra Japón, Franco era pro aliados. España estuvo a punto de declararle la guerra a Japón en los últimos meses de la guerra.
El aislamiento internacional
A pesar de todo, esta situación no le sirvió a Franco para evitar el aislamiento internacional. Los primeros años de la dictadura franquista estuvieron marcados por una cruel y profunda represión política y una etapa de posguerra muy dura en la que el país se desangra económicamente.
La situación de España era de autarquía. Es decir, prácticamente no comerciaba con ningún otro país, lo que provocó la falta de muchos productos de primera necesidad. Y por si fuera poco, el fuerte intervencionismo del estado en la economía provocó a su vez grandes ineficiencias.
Los salarios bajaban, los precios subían y la productividad agraria se vio afectada y ocasionó importantes hambrunas, llegando a tener que utilizarse cartillas de racionamiento para repartir la comida entre la población. Además, la industrialización del país se detuvo y no se alcanzaron los niveles industriales de antes de la guerra hasta 1955.
El lavado de imagen de España y el fin de la II Guerra Mundial
Acabada la II Guerra Mundial, Franco quiso dar un lavado de imagen a España. Eliminó oficialmente el saludo fascista, entre otros símbolos, dio más importancia a la Iglesia y se la quitó a la Falange, el único partido en España. A pesar de los cambios, la ONU vetó la inclusión de España en la organización.
Así que, en el 48, Franco se entrevistó con Don Juan, hijo de Alfonso XIII y legítimo sucesor de la corona española. Y acordaron que el hijo de Don Juan, Juan Carlos de Borbón, se formaría bajo la tutela de Franco en España.
Los años 50 en la dictadura franquista
En los 50 comienzan las buenas noticias para el régimen. El inicio de la Guerra Fría y la Guerra de Corea, unido al lavado de cara del régimen, centrado en el anticomunismo, comenzó a surtir efecto. Además, lo que se conoció como el nacionalcatolicismo, una ideología basada en el poder e influencia de la Iglesia en todos los ámbitos de la vida doméstica, era visto con buenos ojos en el exterior.
Todo ello llevó a la ONU a admitir a España en 1955. Este proceso de apertura culminaría en el Pacto de Madrid. Estados Unidos abrió dos bases militares en España a cambio de ayuda económica y militar. De esta forma, España se metía de lleno en el sistema de defensa occidental contra la Unión Soviética.
Una guerra silenciada y otros problemas en la dictadura franquista
Otro de los acontecimientos más destacados de España en los 50 fue la independencia otorgada al protectorado de Marruecos, después de que Francia hiciera lo propio con su protectorado. Más tarde, estallaba la Guerra del Ifni contra el propio Marruecos después de que este país reclamase una zona española fuera del protectorado. La guerra silenciada en los medios españoles fue ganada por España.
Los últimos años de los 50 destacan por una alta conflictividad social, sobre todo en los núcleos industriales de Cataluña y Asturias, donde las huelgas de obreros y mineros se sucedieron a pesar de estar ilegalizadas. Franco llegó a declarar el estado de excepción en Asturias durante 4 meses. Además, la economía franquista seguía sin despegar y la situación comenzó a ser insostenible, quedando España al borde del abismo.
España esquiva el desastre e inicia una nueva década
Aconsejado por Carrero Blanco, Franco situó a tecnócratas del Opus Dei en puestos claves para dirigir la economía española. En 1959, un nuevo plan económico salvó a España de la quiebra.
La economía española se liberalizó y dejó de estar tan intervenida por el Estado: los precios y el valor de la peseta se estabilizaron y la balanza de pagos española dejó de ser tan deficiente porque España importaba menos y comenzó a exportar más. En otras palabras, España se pudo subir al tren del crecimiento económico europeo y comenzar un ascenso sin precedentes.
La economía española en los 60 estaba “dopada” por 4 motivos:
- Los emigrantes españoles en Europa Central y Latinoamérica repatriaron grandes cantidades de capital.
- España ganó estabilidad y comenzó a recibir inversión del exterior
- El aumento del comercio internacional abarató el precio de las materias primas
- España comenzó a recibir ingentes cantidades de turistas llegados de otros países europeos.
El despertar social en mitad del crecimiento
El crecimiento fue tal, que la media de crecimiento del PIB en los años 60 fue superior al 7% anual. Sin embargo, todo este crecimiento económico trajo consigo un despertar social. Nuevas huelgas se sucedieron en las minas asturianas, los estudiantes universitarios organizaron fuertes movilizaciones, reclamando mayores libertades, y sectores progresistas de la propia Iglesia se unían a las protestas mientras que el partido comunista organizaba una oposición clandestina desde el interior.
Sin embargo, el mayor problema para el régimen surgía en el País Vasco, donde ETA tomaba las armas cobrándose su primera víctima premeditada en 1968. Este era Melitón Manzanas, el jefe de la brigada político-social en Guipúzcoa, acusado de múltiples torturas y antiguo colaborador de la Gestapo.
Dos hitos del régimen en los 60
A finales de los 60 sucedieron dos hechos muy importantes. En 1968, el gobierno franquista concedió la independencia -por petición de la ONU- a Guinea Ecuatorial. Y al año siguiente, Franco nombró a Don Juan Carlos de Borbón, sucesor, asegurando a la muerte del dictador el regreso de la monarquía a España.
Los 70 comenzaron con los Juicios de Burgos. Unos juicios a 16 etarras que se cobraron 6 penas de muerte. Pero las grandes protestas y la presión internacional obligaron a Franco a conmutar las penas de muerte. El régimen contestó a las movilizaciones con una gran manifestación que culminó con un discurso de Franco en la plaza de Oriente.
Carrero Blanco fue nombrado presidente del gobierno para atajar la crisis del franquismo y asegurar la línea continuista. Sin embargo, ETA colocó una bomba al paso de la comitiva de Carrero Blanco que acabó con la vida del presidente. El atentado provocó la crisis política más grave del franquismo.
Arias Navarro asumió la presidencia e intentó ciertos cambios aperturistas. Sin embargo, Franco tenía los días contados y la vieja dictadura tenía cada vez menos adeptos. La caída de la dictadura de Salazar en Portugal en 1974 y el aumento de la oposición franquista, unido al inicio de una crisis económica, hicieron al régimen tambalearse.
Los fusilamientos de la dictadura franquista en 1975
La puntilla al franquismo se la puso los últimos fusilamientos del régimen en 1975. Unos fusilamientos que fueron condenados incluso por el Papa. Con Franco ya muy enfermo, el futuro Rey Juan Carlos, asumiendo labores de Jefe de Estado, tuvo que lidiar con la Marcha Verde, un conflicto por el cual España perdió el Sahara Occidental ante Marruecos y Mauritania.
Franco murió en su cama el 20 de noviembre de 1975. La dictadura había concluido y la transición hacia una España democrática comenzaba. Atrás quedaban decenas de miles de muertos represaliados y una España con ganas de recuperar las libertades más básicas, perdidas tras la Guerra Civil. Pero esa, es ya otra historia.