Hoy os traemos un tema muy espinoso. Un tema sobre el que seguro que alguna vez ha rondado tu cabeza. Resulta que hoy os vamos a hablar del sistema de escape que los nazis y otros fascistas escogieron para poder dejar atrás Europa al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y para finalmente acabar en un territorio donde no iban a ser perseguidos. Más concretamente, este territorio era Sudamérica… y particularmente Argentina.
Tal vez, el traslado organizado de radicales alemanes de Europa a Argentina después de la II Guerra Mundial es uno de los capítulos más oscuros y más difíciles de mencionar para la historia del país. ¿Por qué sucedió esto? ¿Qué relación existía entre el país de las milanesas y los fascistas y nazis europeos?
La relación entre Argentina y el fascismo Europeo
Pues lo cierto es que ya de base, la cercanía argentina con las potencias fascistas europeas (recordemos también aquí a la España de Franco), tenía un componente meramente histórico. Resulta que a principios del siglo XX, Argentina era uno de los 10 países más ricos del mundo y un montón de españoles, italianos e incluso alemanes emigraron hasta allí en busca de oportunidades.
De esta forma, en Argentina existen unas fuertes raíces europeas. Algo que se puede ver perfectamente a día de hoy en su cultura: gastronomía, deportes, etc. Pero desde luego, esto no lo era todo… No solo vale con tener raíces en común para apoyar a un régimen nazi, ¿no?
Si lo miramos por el otro lado, es decir, el lado de los refugiados… igual podemos encontrarle más sentido. ¿Por qué los nazis escogieron Argentina? ¿Qué tenía este país que no tuviesen otros? Tras la rendición alemana en 1945, estaba clara una cosa: Europa no era un lugar seguro para los alemanes que colaboraron con el nazismo. Por eso mismo, muchos de los cargos poderosos que aún guardaban algún vínculo con el nazismo se movilizaron y buscaron vías de escape, ya que estos estaban en el punto de mira de los aliados. Un ejemplo de este tipo de redes de colaboración fue el de “ODESSA”, una red secreta que buscaba apoyar y ocultar la fuga de miembros de las SS a otros países donde estuviesen a salvo.
Por su parte, no todos los aliados de Hitler habían sido eliminados… y no hablamos simplemente de personas poderosas… Estamos hablando de estados en los que el fascismo aún resistía (y más que iba a resistir). De esta forma, en los primeros años de dictadura, muchos alemanes exiliados pudieron usar la España de Francisco Franco como un trampolín que les llevase a sitios más seguros. Y sí, muchos de estos países de los que os hablamos estaban en Sudamérica. ¿Por qué?
La elección de Sudamérica como refugio
Bueno, pues la cuestión es que al finalizar la SGM, comenzó progresivamente la polarización en los dos grandes bloques que formarían los dos bandos de la Guerra Fría. Y resulta que las dos potencias que se iban a disputar el poder, habían sido recientemente enemigos de los nazis: EE.UU. y la URSS. Eso sí, por muy enemigos que hubiesen sido, nada iba a impedir a estos dos países el hacerse con el control de avanzadísima tecnología alemana, así como de fichar a sus mejores ingenieros y científicos (a los que seguían vivos, claro). ¿Conclusión? Si al acabar la Segunda Guerra Mundial eras un alto mando alemán, pero no le interesabas a la URSS o a EE.UU. por no ser un genio, tu futuro iba a estar en la cárcel o en la horca, así que más te valía escapar. ¿A dónde?
Está claro que los países comunistas no eran una opción, lo que ya descartaba a casi un continente y medio: Europa y Asia. Por el lado de los EE.UU. y sus aliados europeos, la cosa se ponía aún más difícil… Europa estaba vetada, América del Norte también… y luego tenemos África que todavía eran mayoritariamente colonias occidentales… así que… ¿Qué nos queda? Pues evidentemente amigos, nos queda América del Sur. Un continente cuyos países en ese momento estaban consolidando aún sus regímenes democráticos. Y más importante, un continente del que una gran parte de sus países no estaban claramente alineados con los aliados.
El papel de Juan Domingo Perón
Para el final de la Segunda Guerra Mundial, los más avispados ya se olían el temita de la Guerra Fría. Y entre ellos estaba el presidente Juan Domingo Perón en Argentina. El tipo sabía que reclutar a ciertos agentes nazis podía suponer una pequeña ayuda en forma de consultoría.
Pero eso no era todo, ahora os vamos a dar la razón que puso a Argentina como Top 1 de lugar más cotizado en el Tripadvisor nazi: Y es que el presidente Perón era por lo menos algo afín a la ideología alemana e italiana de por aquel entonces. Para que os hagáis una idea, el tío apoyó diplomáticamente a criminales de guerra a escapar, empleando para ello salvoconductos que les permitían venir desde España o Italia hacia Buenos Aires. El contexto era muy particular, ya que muchos argentinos importantes o influyentes eran abiertamente simpatizantes con la causa del eje, e incluso el propio Perón sirvió como adjunto en el ejército italiano de final de los años 30.
Eso sí, para que el apoyo no fuera un canteo, Argentina decidió declarar la guerra a las potencias del eje prácticamente a menos de un mes de finalizar el conflicto… algo que también Franco llegó a pensarse hacer con Japón. Pero eso sí, al finalizar la guerra, al igual que hicieron rusos y estadounidenses, los argentinos también se cuidaron mucho de reclutar alemanes con experiencia militar y tecnológica. Así que al final todo el mundo tenía cabida allí. No obstante, con el transcurso de los años, la situación cambiaría mucho y lo que al principio era una cercanía política acabaría por convertirse en algo vergonzante para los argentinos.
Por cierto, cabe mencionar que a día de hoy, hay quien duda de que las intenciones del presidente Perón fueran las mencionadas, y que responsabiliza a los Estados Unidos de difamar la imagen del presidente, generando una campaña en su contra. Realmente no es tan fácil saber el grado de afinidad ideológica, ni si el reclutamiento de los alemanes venía más bien de una búsqueda de su protección o de simplemente aprovechar los recursos como hicieron soviéticos y americanos. Lo que sí está claro es que durante su gobierno, Argentina, por A o por B, sirvió como refugio para una gran cantidad de exiliados nazis alemanes y esto es ineludible. Le pese a quien le pese.
Además, el régimen de Perón también fue clave con sus ventas de cereal para salvar y apuntalar el régimen de Franco cuando este peor lo pasaba fruto de su aislamiento internacional. No obstante, el idilio de ambos gobiernos finalizó en 1949, y aunque Perón acabó exiliado en Madrid durante la España franquista, Franco ni siquiera le llegó a recibir.
La colaboración internacional en las Ratlines
Pero los españoles no fueron los únicos que cooperaron para que esto fuese posible usando España de país trampolín. A día de hoy sabemos perfectamente que el Gobierno de Suiza se dedicó a pasar de contrabando a alemanes que estaban perseguidos por las fuerzas armadas estadounidenses y británicas dentro de sus fronteras, para que siguieran su ruta hacia Argentina. ¿Y sabéis quién más colaboró en estos sistemas de huida? Pues algunos sectores del Vaticano, que se dedicaron a otorgar pasaportes y cartas identificatorias.
Estas infames rutas de escape, fueron conocidas como las “Rutas de las Ratas” o Ratlines y conducían no solo a Argentina, sino a otros países como Brasil, Colombia, Chile, Uruguay o Paraguay. Desde Europa se seguían dos vías mayoritariamente: la primera iba desde Alemania, luego a España y finalmente acababa en Argentina. En la segunda, la ruta era desde Alemania hacia Roma, luego hacia Génova y desde allí, se cruzaba el charco. Estaba todo organizado de forma exhaustiva, aunque es verdad que las ratlines no eran planes estructurados a gran escala, sino más bien operaciones de grupos pequeños que a veces actuaban de manera articulada.
Nazis fugitivos en Sudamérica
Y es que la lista de nazis que consiguieron escapar usando estas líneas es larga, pero lo más fuerte es que encima no estamos hablando de cargos cualesquiera. Para que os hagáis una idea, el propio Josef Mengele “el Ángel de la Muerte”, responsable de los horribles experimentos mortales llevados a cabo en Auschwitz utilizó una ratline y se fugó para morir en Brasil en 1979.
Otro caso muy sonado fue el de Otto Adolf Eichmann, criminal de guerra absoluto y uno de los principales organizadores del Holocausto, además de responsable directo de la Solución Final en Polonia y de los transportes de judíos a los campos de exterminio. Resulta que este demonio también logró exiliarse y acabar viviendo tranquilamente en Buenos Aires. No obstante, Eichmann fue descubierto por un cura alemán ciego que resulta que era su vecino. La historia se las trae, porque a pesar de que el hombre denunció al Mossad la situación, no le creyeron por ser ciego y no intervinieron hasta mucho más tarde, en 1960.
Así, en mayo de 1960 un grupo de agentes del Mossad entraron en Buenos Aires, secuestraron a Eichmann y se lo llevaron a un piso franco donde le forzaron a admitir su número de las SS. Tras ello, sacaron a Eichmann del país y se generó un grave incidente diplomático entre Argentina e Israel. Finalmente, Eichmann fue juzgado en Jerusalén y condenado a la horca por cometer crímenes contra la Humanidad. Este caso fue mediatizado a nivel mundial, y probablemente alertó a otros nazis como Mengele o Franz Stangl lo que les llevó a tomar precauciones y ocultarse. Para que veáis la que se lió con las ratlines.